IRUÑEA
Trinidad y Tobago no pudo culminar algo que se hubiera convertido en una sorpresa mayúscula: alcanzar los octavos de final en su primera participación mundialista. Los de Leo Beenhakker pagaron el esfuerzo realizado ante Suecia e Inglaterra y sucumbieron frente a un Paraguay que no quería despedirse de Alemania con otra decepción.Los sudamericanos, con muchas despedidas en su seno Gamarra y Caniza, entre otras, llevaron la iniciativa del choque y horadaron por banda una zaga caribeña que había conseguido mantenerse impoluta ante los escandinavos en su debut en la mayor cita futbolística del mundo.
La defensa de Trinidad y Tobago hizo aguas durante gran parte del envite y sólo el desacierto cabeceador de Santa Cruz y, sobre todo, Valdez, evitó que el 1-0 subiera al marcador mucho antes de lo que lo hizo. El primer gol paraguayo fue una muestra de esa debilidad de los liderados por Yorke, que ayer actuó como cerebro del equipo. Fue el propio central Sancho quien peinó con la coronilla un centro del rival para desgracia del debutante Jack.
El tanto fue como un mazazo para los caribeños, que estuvieron groguis hasta casi finalizada la primera parte, a lo que se sumó la mala suerte en forma de lesiones sobre Avery John y Glen, que tuvieron que ser reemplazados.
Paraguay se aprovechaba de las circunstancias y dejaba la iniciativa al contrario en la segunda mitad, concentrando todas sus energías en contragolpear con mucho peligro. Ade- más, Trinidad y Tobago, que adelantó sus líneas y se cebó en los tiros de fuera del área aunque sin éxito, no daba la impresión de que pudiera materializar un gol. De hecho, se fue del Mundial sin perforar la portería contraria.
La sentencia definitiva llegó a cuatro minutos del final gracias a una pared entre Santa Cruz y el recién incorporado Cuevas, que cruzó ante la salida a la deseseperada de Jack.