19ª etapa: Le Creusot ­ Montceau Les Mines, CRI de 57 kilómetros.

Características: Contrarreloj de fuerza, más suave en la primera parte y más dura y con rampas en la segunda mitad.

Clasificación de la etapa:

1. Sergei Honchar (T­Mobile)1h07’45’’

2. Andreas Klöden (T­Mobile)a 41’’

3. Floyd Landis (Phonak)a 1’11’’

4. Oscar Pereiro (Caisse d’Ep.)a 2’40’’

5. Sebastian Lang (Gerolst.)a 3’18’’

6. David Zabriskie (CSC)a 3’35’’

7. Viatcheslav Ekimov (Discovery)a 3’41’’

8. Cadel Evans (Davitamon)a 3’41’’

9. Bert Grabsch (Phonak)a 3’43’’

10. Damiano Cunego (Lampre)a 3’44’’

Incidencias: Sergei Honchar realizó el recorrido a una media de 50’479 kilómetros/hora. Robert Hunter (Phonak) llegó fuera de control.

DONOSTIA

Por octavo año consecutivo, la Grande Boucle se irá a Estados Unidos, aunque el triunfo de Landis ha sido bien diferente a los siete de los de su compatriota y excompañero Lance Armstrong. En la edición más emocionante de los últimos años ha habido que esperar a llegar a las puertas de Paris para decidir una victoria que el líder de Phonak se lleva justamente pero que, con idéntico merecimiento, podían haberse llevado otros corredores.

Y es que Landis voló en las contrarrelojes y nos regaló un etapón que quedará grabado en nuestras retinas, pero también se hundió camino de La Toussuire;Oscar Pereiro perdió media hora en Pla de Beret, pero después supo defender con uñas y dientes un maillot amarillo que se encontró por sorpresa;Andreas Klöden siempre estuvo ahí, terminando entre los diez primeros en todas las jornadas importantes pero sin despuntar en ninguna de ellas;y otro tanto se puede decir de Carlos Sastre, al que sólo le han pesado la última contrarreloj y, probablemente, las decisiones de su director.

Precisamente la lucha entre el alemán y el español fue, junto a la que protagonizaron Landis y Pereiro, uno de los puntos calientes de la jornada que acabó decidiendo el Tour. Porque la victoria de etapa, otra vez con Honchar un escalón por encima del resto, no ofreció resquicio a las dudas.

Otra cosa fue la lucha por la general, con un Floyd Landis sensacional y un Oscar Pereiro que no lo fue menos. Se cumplieron los pronósticos, sí, y el estadounidense acabó metiéndole minuto y medio al de Caisse d’Epargne, pero tuvo que esperar unos cuantos kilómetros para empezar a disfrutar del maillot amarillo. Pasada la primera referencia kilométrica, más de uno empezaba a pensar que el Tour iba a terminar decidiéndose con las bonificaciones de Paris:con un tercio del recorrido cumplimentado, Landis sólo había conseguido rebajar, precisamente, un tercio de su desventaja respecto al líder.

El sueño de Pereiro acabó poco después. Fue en la segunda parte de la contrarreloj, considerablemente más dura, donde se marcaron las mayores diferencias y fue ahí donde basó su victoria Landis que, ya en Montceau Les Mines, recuperaba definitivamente el maillot amarillo, con apenas un minuto de ventaja en la general.

Klöden por Sastre

Tanto, que saludará a Paris desde el tercer cajón del podio, en detrimento de un Carlos Sastre que, tras su gran rendimiento en los Alpes, se hundió en la última jornada decisiva. Para el kilómetro 16 ya quedaba descartada cualquier posibilidad de que pudiese luchar por la victoria ­perdía un minuto respecto a Landis y Pereiro­ y no tardó mucho en empezar a despedirse del tercer puesto. Al final marcó un tiempo 4’26’’ peor que el de Honchar;si se descuida un poco más, de hecho, le supera hasta Cadel Evans.

No lo han hecho de momento, al menos en público, pero seguro que en CSC, y también en T­Mobile, empiezan a darse cuenta de una vez por todas de que su decisión de eludir responsabilidades, primero camino de Carcassone, donde Pereiro llegó con media hora de ventaja, y después camino de Morzine, cuando Landis llegó a alcanzar los nueve minutos, no fue la más acertada. Los dos equipos equipos que llevaron la batuta en esas dos jornadas, Phonak y Caisse d’Epargne, meterán a dos hombres en lo más alto del podio. Por contra, T­Mobile se tendrá que conformar con el tercer puesto de un Klöden que bien podía haber peleado por el triunfo, y al equipo de Bjarne Riis ni siquiera le queda ese consuelo.

Cunego, mejor joven