Lo que pierde Líbano, y toda la región
La impune ofensiva israelí está provocando pérdidas de todo tipo en Líbano, pero también en toda la región. En el pequeño país mediterráneo, las pérdidas son en primer lugar humanas: al menos 362 personas han muerto desde el 12 de julio por los bombardeos masivos israelíes, casi todas ellas civiles. Y humanitarias: funcionarios de Naciones Unidas reiteraron ayer un dramático llamamiento para que Israel detenga la ofensiva y permita el envío y reparto de ayuda, advirtiendo de que Líbano, todo el país, se encuentra al borde de un enorme drama humanitario, drama que incluye, además, a medio millón de desplazados. Las pérdidas son, además, materiales: ciudades y aldeas devastadas; barrios de la capital, Beirut, completamente arrasados; las infraestructuras del Ejército de Líbano destrozadas; sedes de Hizbulá reducidas a escombros por las bombas israelíes; ejes de comunicación (puentes, aeropuertos, puertos y carreteras nacionales e internacionales) cortados; decenas de miles de viviendas borradas del mapa; centenares de camiones, estaciones de gasolina, centrales eléctricas, depósitos de agua y reservas de combustible destruidas; decenas de fábricas asoladas, incluyendo la principal compañía sanitaria y la más importante empresa de productos lácteos; al menos cuatro estaciones de trasmisión de telecomunicaciones tocadas... Pero las pérdidas son también sicológicas, mentales, de futuro, por mucho que hablemos de un país, en cierto (y terrible) modo, endurecido por décadas de conflictos. Destacarán de nuevo que Líbano, sus habitantes, han sabido y sabrán superar el dolor, la destrucción, pero ese día está hoy lejos, y su latido es casi imperceptible bajo las bombas israelíes.La ONU, si esto fuera posible, podría muy bien dimitir en esta hora, al igual que la UE; o bien, por fin, podrían ambos levantar la voz y señalar a EEUU e Israel, que buscan eliminar toda disidencia no sólo en Líbano, sino en toda la región, la otra gran perdedora de esta agresión. Impune, cierto, pero no sin respuesta. Las agencias cifraban en 33 los israelíes muertos hasta ayer bajo los cohetes de Hizbula, una de las pocas organizaciones de Oriente Medio que ha sabido forzar, al menos una vez, la retirada del todopoderoso Ejército israelí con su resistencia. Todo apunta a que Israel busca ahora resarcirse, y los hechos dicen que Washington, experto en estas lides, le está permitiendo borrar del mapa un Estado soberano. -
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