GASTEIZ
La situación del proceso de paz y normalización democrática en Euskal Herria, seis meses después de la declaración de alto el fuego de ETA, centró ayer una parte sustancial del Pleno de Política General en el Parlamento de Gasteiz. Y en ese contexto, tanto el lehendakari, Juan José Ibarretxe, como la mayoría de los grupos parlamentarios coincidieron en la necesidad de poner en marcha una mesa de partidos políticos.Sin embargo, entre los defensores de la mesa se observó una línea divisoria entre el PSEy el resto de fuerzas. El tripartito y Ezker Abertzalea entienden que existe un conflicto político de base y que, por tanto, el objetivo de la mesa debe ser la búsqueda de un acuerdo sobre cómo ejercitar el derecho a decidir. Pero para el PSE no existe «un problema histórico de convivencia» y el derecho a decidir se está ejerciendo ya.
Según López, el problema es que el ejercicio del derecho a decidir debe limitarse a aquello sobre lo que cada cual tiene competencias, mientras que el nacionalismo vasco pretende decidir «sobre lo nuestro y sobre lo de los demás». Por ello, dijo que el objetivo de la mesa debe ser «hablar de los problemas políticos de Euskadi. Dialogar y tratar de llegar a acuerdos sobre el futuro del marco político y de convivencia».
Ahí pueden encontrarse las raíces de la situación en la que en estos momentos se encuentra el proceso, situación que Juan José Ibarretxe definió como de «desorientación», mientras que Nekane Erauskin, de Ezker Abertzalea, habló de un balance en el que en las últimas semanas los aspectos negativos mandan sobre los positivos.
Patxi López, por su parte, se limitó a decir que seguimos encontrándonos «ante la mejor oportunidad que hemos tenido nunca para alcanzar la paz y la libertad».
También sobre el reparto de responsabilidades en cómo se ha llegado a esta situación hay discrepancias de opiniones. Ibarretxe repartió culpas entre Batasuna y Rodríguez Zapatero. También el portavoz de EA, Unai Ziarreta, se refirió a Batasuna y al PSOE, e incluso apuntó que están escenificando sus diferencias «en un intento irresponsable de sacar rédito electoral a la situación generada». Joseba Egibar fue más crítico con el PSOE, al que acusó de practicar el «diálogo para el entretenimiento». Ezker Abertzalea denunció con dureza la estrategia del Estado español, tanto por su dinámica represiva como por su interés en condicionar tanto el calendario como los contenidos del proceso, retrasando el debate político. Y también extendió sus críticas al PNV por dar cobertura a la práctica del PSOE. Patxi López, por su parte, no ve más escollo que las acciones de kale borroka.
Dos caras de una moneda
Hubo un elemento llamativo en el debate en lo relativo a la separación del proceso de paz del de normalización. El lehendakari destacó que ambos no pueden mezclarse, pero que tampoco lo que ocurra en un carril puede estar hipotecado o supeditado al otro. También Patxi López dejó clara la diferenciación, hasta el punto de que en el discurso escrito había una raya que partía el folio. Pero el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, repitió un par de veces que siendo elementos distintos, son como las dos caras de una misma moneda. Y también Unai Ziarreta, de EA, señaló a ETA como «una consecuencia del conflicto político».En cuanto a las propuestas de futuro, resultó interesante la mención del lehendakari a las potencialidades del manifiesto de Ahotsak como base de un acuerdo entre partidos. Pero el PSE en cuyos escaños podía verse a Gemma Zabaleta con una insignia de este colectivo dejó pasar ese apartado del discurso de Ibarretxe sin hacer mención al mismo. Nekane Erauskin, de Ezker Abertzalea, por su parte, destacó el trabajo de Ahotsak entre los elementos positivos de estos últimos meses y mostró su orgullo de formar parte de esta plataforma.
Política penitenciaria
La situación de los presos políticos vascos y entre ellos la de Iñaki de Juana Chaos también estuvo presente en el debate. Fue Ezker Abertzalea quien con más contundencia criticó la estrategia del Gobierno español, aunque también el propio lehendakari o el portavoz de EA tuvieron referencias críticas con el Ejecutivo de Zapatero en sus discursos.La nota soez en esta materia la puso la portavoz del PP, María San Gil, cuando se mofó de la situación del «pobrecito» Iñaki de Juana Chaos.
Pasaban unos minutos de las 9.30 de la mañana cuando el lehendakari, Juan José Ibarretxe, iniciaba su discurso recordando que el alto el fuego anunciado por ETA el 22 de marzo abría «una oportunidad única para hacer realidad el sueño de la paz», y apuntaba que la «sociedad vasca está dispuesta a no dejarse arrebatar» dicha oportunidad «para avanzar, para vivir en paz y para decidir nuestro futuro».
Pese a considerar que el proceso tiene «bases sólidas», Ibarretxe no podía eludir la existencia de una «creciente sen- sación de inquietud y preocupación». Y atribuía culpas a «aquellos directamente implicados en llevar a buen puerto esta oportunidad», a los que identificó como Batasuna por un lado a la que preguntó «qué aporta la kale borroka al proceso de paz» y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, por otro al que inquirió sobre «por qué el derecho de autodeterminación, que es aplicable hoy para otros pueblos, se le niega al pueblo vasco».
El lehendakari cerró este apartado introductorio asegurando que «ha llegado el momento del diálogo con claridad, respeto y garantías demo- cráticas. Siempre hemos reivindicado que callen las armas para que hable el pueblo. Las armas han callado, nos toca hablar a nosotros. Tenemos la oportunidad histórica de decidir nuestro futuro».
Víctimas del terrorismo y presos
Tras hacer un balance satisfactorio de la actuación de su Gobierno en el terreno económico y social, y anunciar nuevos planes para el próximo curso, Juan José Ibarretxe comenzó a desgranar las propuestas de su Ejecutivo para impulsar la búsqueda de la paz y la normalización política.Recordó la aprobación el Plan de Paz y Convivencia recientemente alabado por expertos internacionales invitados por Lehendakaritza que se encuentra en estos momentos en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento, sin que haya concitado aún el apoyo de ningún otro grupo.
A continuación, hizo dos propuestas concretas. En primer lugar, señaló que «el reconocimiento y la solidaridad con las víctimas del terrorismo constituyen una base fundamental del proceso de paz», y anunció la presentación antes de fin de año del borrador de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo.
Después, aseguró que «la política penitenciaria no puede ser utilizada como moneda de cambio al servicio de una estrategia política, como si las personas detenidas fueran piezas de una partida de ajedrez». Por ello, instó al presidente del Gobierno español a que, siguiendo acuerdos anteriores de la Cámara autonómica y del propio Congreso de los Diputados, desarrolle «una política penitenciaria acorde con los derechos humanos». En este capítulo, presentó como asunción de la propia responsabilidad de Lakua que el próximo martes su Gobierno reclamará oficialmente la transferencia en materia de prisiones.
Seis propuestas para la mesa
Ibarretxe pasó del plano de la paz al de la normalización política, señalando que ninguno de los dos tiene que estar hipotecado al otro. Luego aseguró que para «alcanzar un acuerdo democrático que posibilite el ejercicio del derecho a decidir del conjunto de la sociedad vasca y permita encontrar un marco de convivencia entre Euskadi y España desde el respeto mutuo», lo primera será sortear los obstáculos para «conformar una mesa de diálogo político sin exclusiones».Para avanzar en ese camino el lehendakari detalló seis propuestas. La primera, pasar del diálogo bilateral al multilateral;que todos los partidos se reúnan para preparar la constitución formal de la mesa.
La segunda propuesta fue la de lograr un acuerdo previo de mínimos éticos y democráticos compartidos. Conocidas las posiciones de cada partido, Ibarretxe considera posible un acuerdo en torno al respeto de los derechos humanos y el uso de las vías exclusivamente pacíficas, en torno al compromiso de no exclusión e igualdad entre todas las fuerzas políticas, y sobre el principio democrático de respetar la voluntad de la sociedad vasca y la ratificación del acuerdo en una consulta popular.
La tercera y novedosa propuesta es la de «establecer como base de partida para el acuerdo previo los principios recogidos en el Manifiesto Ahotsak, que destacó que es «el acuerdo que mayor consenso político y territorial ha concitado hasta el momento, por lo que merece nuestro reconocimiento y felicitación, que quiero manifestar públicamente». Aprovechó este punto para invitar a los partidos a incorporar a las mujeres a sus delegaciones oficiales.
El lehendakari, como cuarta propuesta, recogió una iniciativa planteada ya en el debate de investidura de junio de 2005 sobre la creación de un grupo de trabajo, conformado por representantes de todos los partidos, que pacte la metodología de la mesa.
La quinta propuesta se refirió a la legalización de Batasuna. Para romper la situación actual, Juan José Ibarretxe propuso una fórmula según la cual «por un lado, Batasuna presentaría unos nuevos estatutos y, por otro, el Gobierno se comprometería a dar garantías jurídicas a Batasuna, bien modificando aquellos aspectos de la ley más difícilmente defendibles en Europa, o bien mediante otra fórmula de interpretación jurídica previamente pactada».
La sexta propuesta consistió en aplicar «el principio de no exclusión» para que los partidos navarros y en su caso los de Ipar Euskal Herria decidan si desean incorporarse a una única mesa de diálogo conjunta u optan por formar sus propios foros.
Además, el lehendakari reivindicó la validez de la Propuesta de Nuevo Estatuto aprobada el 30 de diciembre, que contiene bases importantes para el acuerdo.
Participación ciudadana
Como ya había sido anunciado, Ibarretxe hizo también una invitación a «la participación activa de la sociedad a lo largo del proceso como acompañante necesario del papel insustituible de los partidos políticos». En este camino, se pon- drá en contacto con Eudel para la creación de foros municipales de participación ciudadana, abrirá un canal de comunicación interactiva y directa a través de las nuevas tecnologías, e invita a los agentes económicos y sociales a aportar propuestas a la mesa de partidos.Tras una hora y cincuenta minutos de discurso, el lehendakari concluyó recordando que la solución no va a venir de un debate sobre competencias, sino que «al final del proceso de diálogo, el Pueblo Vasco tiene que tener abiertos los cauces democráticos para decidir libremente su futuro y definir el marco de relaciones internas y externas que desea tener».
Protestas de familiares de presos vascos
Cuando el portavoz del PSE, Patxi López, estaba hablando de la paz en su discurso, un grupo de familiares de presos políticos vascos se levantó de sus asientos en la tribuna de invitados y desplegó carteles denunciando la política penitenciaria del Gobierno español concretada en la imposición de hecho de la cadena perpetua, la dispersión y la conculcación de derechos mientras lanzaban gritos en el mismo sentido. Los familiares también quisieron criticar la pasividad del Parlamento de Gasteiz ante casos como el de Iñaki de Juana Chaos. Al poco de iniciar la protesta, los familiares fueron desalojados de la tribuna y conminados a abandonar el edificio. Entre ellos estaban el padre de Joxe Mari Sagardui (lleva 26 años en prisión); Idoia Muruaga, compañera del preso Igor Angulo, fallecido en Cuenca; o Irantzu Abad, que estuvo en coma por un accidente.