El comité acusa a las instituciones de «facilitar el cierre» de Reckitt
Once días después de que Reckitt Benckiser anunciara el cierre «irrevocable» de su planta de Gueñes, las instituciones «no sólo han sido incapaces de aportar soluciones que impidan que la fábrica se cierre, sino que dan toda clase de argumentos para facilitar su cierre», según subrayó ayer el comité de empresa. La representación de los trabajadores les reclamó que «defiendan y luchen por conservar el poco empleo en condiciones que nos queda».
GARA
El comité de empresa de la multinacional Reckitt Benckiser afirmó ayer que «no permitirá» el cierre de la fábrica de Gueñes, una planta que cuenta con la calificación de «excelencia industrial», dispone de capital técnico y humano y que en el primer semestre de este año ha incrementado en un 18% el beneficio logrado en el mismo periodo de 2005. En una comparecencia en Bilbo agradeció a la ciudadanía su solidaridad. «Ha demostrado ir por delante las instituciones exigiendo que aquellas multinacionales o empresas que vengan no se les permita marcharse en situación de beneficios económicos, dejando destruido el tejido industrial». Contrapuso esa actuación a las mostrada por las instituciones, que «no sólo han sido incapaces de aportar soluciones que impidan que la fábrica se cierre, sino que dan toda clase de argumentos para facilitar su cierre».
Declaraciones Recordó las declaraciones realizadas por los representantes de Lakua y la Diputación de Bizkaia desde el anuncio de deslocalización de la multinacional. Inició el repaso con las manifestación de la consejera Ana Aguirre definiendo el anuncio de cierre de «deslocalización de libro», la promesa del lehendakari Juan José Ibarretxe de «290 puestos de trabajo, donde se han perdido 190» y la aseveración del viceconsejero de Trabajo, Juan Loroño, de que «ningún gobierno puede aceptar un cierre de estas características basado, no en una necesidad sino en la oportunidad económica» para, posteriormente, «sin tener un informe técnico que justificara el cierre», afirmar que la deslocalización era «prácticamente irreversible».
Los representantes del comité no olvidaron las acusaciones de «pelotazo inmobiliario» vertidas contra el alcalde del municipio y se preguntaron «por qué no se permitió recalificar los terrenos para construir un almacén logístico para la fábrica, que le hubiera dado la estabilidad necesaria, y sí se permitió la recalificación para un proyecto urbanístico». Agregó que el PSE calificó de «cobarde» la actitud del primer edil «por rechazar, con su voto y el de los concejales de su partido, la admisión de una moción socialista de apoyo a la plantilla». El comité dio a conocer un calendario de movilizaciones que se desarrollará hasta el próximo mes de octubre.
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