BERLIN
Los servicios de rescate continuaban sacando cadáveres de entre los restos del tren de alta velocidad (TAV) que colisionó ayer contra un vagón-taller cerca de Lathen, en el noroeste de Alemania. Se contabilizaron 15 cadáveres pero la cifra de muertos podría llegar a 21.
En el momento del accidente, a las 9,30 horas, el tren, que viajaba a 200 kilómetros por hora, llevaba a 29 pasajeros, todos ellos relacionados de una u otra manera con Transrapid, la empresa que gestiona este tramo de pruebas en el que circula el tren, de suspensión magnética y sin conductor. El tren es habitualmente utilizado por turistas y visitantes.
El tramo del distrito de Emsland es el único por el que discurre este tren en un total de 31,5 kilómetros que alcanza velocidades máximas de unos 450 kilómetros por hora.
Alemania, que sigue realizando ensayos 20 años después de su construcción, en 1984, vendió esta tecnología a China, que mantiene una línea entre Shangai y el aeropuerto y estudia extenderla 200 kilómetros más hasta Hanzhou.