El secretario general del PSE expuso desde la tribuna del Parlamento de Gasteiz la que considera debe ser la guía de comportamiento de los responsables políticos en la trascendental etapa que vive nuestro país: hablar poco, discutir menos y hacer más. Fue la aportación más apreciable de un discurso en el que el representante del partido al que se dirigieron la mayoría de las críticas realizó en el pleno de política general.
Patxi López expuso los ingredientes de su hoja de ruta: los valores democráticos y el respeto al llamado estado de derecho. Con esas bases no fue, sin embargo, capaz de disipar las dudas que se plantean hoy sobre el grado de compromiso de su partido con el proceso. Al contrario: López cuestionó la existencia del conflicto político, el marco de decisión de la ciudadanía vasca, nada dijo de cómo se va a garantizar que el diálogo entre partidos se cimente en valores democráticos y no en el principio de exclusión que emana de la Ley de Partidos y tampoco aclaró, ni siquiera tras la protesta de los familiares desde la tribuna de invitados, si la imposición de la cadena perpetua y la utilización de la Audiencia Nacional española para perseguir proyectos políticos son incompatibles sí se refirió a la kale borroka con un proceso de diálogo.
El lehendakari evocó, para hacer propuestas en algunos casos, la mayoría de esas cuestiones y muchas otras desde la tribuna, donde intentó ciertos equilibrios imposibles, repartió responsabilidades no comparables entre el Estado y Batasuna y derrochó autocomplacencia al valorar la gestión socioeconómica de su gobierno. Ello le mereció el aplauso del tripartito y las críticas de la oposición.
Desde la izquierda abertzale, Nekane Erauskin marcó distancias con el discurso de autoelogio de Ibarretxe, aunque centró su intervención en trasladar a la sociedad la firmeza de su apuesta por el esquema de Anoeta y en mostrar su disposición a dar «nuevos pasos» para desatascar el proceso. En contraste, el portavoz del PSE dejó en blanco la hoja de compromisos. Ni le interesó la participación de la ciudadanía ni la referencialidad del compromiso plural de la plataforma Ahotsak. A la postre, el pleno de política general dejó traslucir que hay base suficiente para tejer entendimientos, pero que habrá que superar muchas inercias si no se quiere desaprovechar la que todos, a excepción del PP, consideraron una oportunidad inmejorable de alcanzar un futuro en paz en nuestro país. -