Ayer se cumplieron seis meses desde que ETA anunció el «alto el fuego permanente» y no faltó quien creyó llegado el momento de hacer balance de lo ocurrido en este apasionante medio año.La botella, a estas alturas del partido, está medio llena o medio vacía, según se mire, pero hay tambien quien se dedica a propagar que el vino que falta se lo ha bebido el otro, sin repartir. El editortialista de “La Razón”, por ejemplo.
Seis meses después del mensaje que abrió un millón de expectativas, dice “La Razón” que «el balance es, a todas luces, muy deficitario para el equipo de Zapatero y altamente satisfactorio para ETA y su brazo político». Y eso porque «todo el gasto y todos los pasos hacia la negociación han corrido por cuenta del Gobierno y el PSE: han abjurado del pacto antiterrorista con el PP; han reconocido de hecho a la ilegalizada Batasuna; han implicado al Congreso en una negociación con terroristas; han cambiado y presionado los mecanismos judiciales para que suavicen la persecución a los proetarras; han mirado judicial y policialmente para otro lado a pesar de los reiterados desafíos de Batasuna a la legalidad, a pesar del impuesto revolucionario que no ha cesado, a pesar de los casi cien actos violentos de ‘kale borroka’ en estos seis meses...». Pues servidora mira a su alrededor, lee los periódicos, habla con la gente y llega a la conclusión de que el editoralista de “La Razón” vive en Raticulín y no en el planeta Tierra.
Dice más aún. Cree que «todas estas cesiones las ha dado por buenas el Gobierno de Zapatero con la esperanza de que ETA recorriera el mismo trecho. Pero es evidente que la banda no se ha movido un solo centímetro, como demuestran sus cuatro comunicados desde entonces, que uno tras otro han ido subiendo el tono reivindicativo y avasallador. Tampoco Batasuna ha dado un solo paso hacia su legalización aceptando las reglas del Estado de Derecho; al contrario, ha tratado de alcanzarla por la puerta de atrás con la anuencia socialista».
Y, al final, lo peor de lo peor:«Con todo, lo más grave no es que el Gobierno haya sido ridiculizado por ETA y Batasuna. Lo más preocupante, porque parece irreversible, es que la banda terrorista haya resurgido de su agónica debilidad y hoy muestre una vitalidad temible; y que Batasuna esté más activa y más segura que hace seis meses y un día». Me los imagino en la redacción escribiendo con orejeras. Como los burros. -
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