DONOSTIA
La dictadura argentina que se dio en la década de los 70 regresa al celuloide vista desde una perspectiva diferente. Israel Adrián Caetano ha dirigido la película “Crónica de una fuga”. La historia relata la huida de cuatro jóvenes argentinos que estuvieron retenidos en una mansión clandestina (Seré) bajo amenazas y torturas durante cuatro meses. Estos jóvenes estaban acusados de pertenecer a una guerrilla, y sufrieron vejaciones y humillaciones en manos de militares.
El largometraje está basado en una novela que escribió el propio protagonista, Claudio Tamburrini, bajo el título “Pase libre-La fuga Seré”. El equipo tuvo su ayuda, y también la de otro protagonista, Guillermo Fernández.
Según explicó Rodrigo Adrián Caetano «el guión ya estaba escrito antes de conocer a Tamburrini. El me dio su punto de vista sobre la historia, y Guillermo Fernández nos acompañó durante las tres primeras semanas de rodaje. Fue como un consultor al alcance de la mano». Caetano calificó su trabajo como «el más maduro» de todos los que ha realizado.
Aunque las atracciones que muestra la película son muy
diversas, Caetano ha subrayado una: «Hay una imagen que me atrajo mucho y que
para mí era lo que merecía la película. Es la de cuatro jóvenes absolutamente
desnudos, esposados, rapados, con barba de varios meses y corriendo bajo la
lluvia por las calles de un barrio común y corriente». Esa fue la idea que
atrajo al director y que le hizo plasmar una realidad desde un punto de vista
diferente.
Visión Argentina
Rodrigo de la Serna, el actor que ha encarnado a Claudio Tamburrini, acompañó a su director en una rueda de prensa ofrecida en el Kursaal.
De la Serna hizo incapié en las escenas de tortura. «Para los argentinos que no las hemos sufrido, se nos presentan como una fantasía muy aberrante. Y esa fantasía fue muy bien conducida por Adrián. Tenía mucho miedo a las escenas más difíciles del rodaje».El actor destacó que el largometraje «humaniza la figura del militante.Siempre ha habido una mirada romántica sobre esta juventud, que en muchos casos sí que lo era, pero en otros no; eran muchachos luchadores pero que ante la primera presión militar que recibían no dudaban en delatar al compañero de grupo».
La película tuvo una buena acogida en su país natal, aunque no consiguió ningún taquillazo.
El productor Oscar Kramer, también presente en el Kursaal, destacó la «duda» que tuvo sobre la acogida de la película. «Es muy difícil mostrar este tipo de películas en Argentina. Hay mucha gente que no quiere volver al pasado.Pero para nosotros ese pasado es necesario». No obstante, tanto los productores, como el director y el actor no dudaron en recalcar el olvido generacional que existe sobre este tema.
Caetano afirmó que «lo diferente de la película es su mirada generacional», ya que una generación y media desconoce lo que sucedió hace treinta años en su país.
“Crónica de una fuga” continúa con su ciclo cinematográfico, ya que, aunque no esté disponible en carteleras, recorre muchos centros educativos argentinos para enseñar a los jóvenes del país lo que sucedió hace treinta años.