Hoy, con independencia de este viento sur que sulibeya, definitivamente se acabó el tiempo semivacacional. El curso comienza en todos los ámbitos y hay que rendir a tope, sin excusas.

Un vistazo al conflicto de Euskal Herria así lo exige. A nadie se le escapa que las próximas semanas serán claves para ver si se acuerdan las bases mínimas para iniciar el diálogo político que pueda conducir a la resolución del conflicto. Lo de menos va a ser si lo hacen en una mesa o en una campa, pero la sociedad vasca lo está demandando a gritos. Un foro donde estén presentes todas las claves del conflicto, todas las sensibilidades y todas las ideas. Un es- pacio donde, además de las cuestiones estrictamente políticas, se debatan las sociales, que, aunque son un todo, a veces se olvidan. Un foro donde se tengan muy en cuenta los problemas específicos de algunos colectivos: presos/presas; pobres; mujeres; jóvenesŠ

Si miramos a la escuela, también se ve el reto que tiene ésta para responder sin excusas. En nuestro caso, que el currículum vasco y los libros de texto que de él se deriven respeten nuestro idioma y recojan los valores de convivencia democrática y de respeto a todos los derechos humanos. No van a servir ni el currículum ni los textos si en paralelo no se forma al profesorado en estos valores y si no se multiplican las escuelas de madres y padres, para que la familia se impregne de los mismos y haya una coherencia en la educación que reciben las criaturas.

A pesar de que aborrezcamos las obligaciones que nos impone el Estado con su legislación básica en casi todas las materias, en este caso saludamos el borrador de la asignatura Educación para la Ciudadanía, del Ministerio de Educación, porque puede ser una buena herramienta ya que contiene elementos básicos para una convivencia basada en el respeto. No hay más que ver los valores que se pretenden desarrollar con ella:

a) Sentimientos y emociones. Se trata de que el alumnado acepte la propia identidad, respete las diferencias con los otros, desarrolle la autoestima y exprese los sentimientos y emociones. Incide en la importancia de saber relacionarse y mantener una actitud solidaria y tolerante, utilizando el diálogo para abordar conflictos. Rechaza todo tipo de violencia, incluida la verbal, y fomenta la autonomía de criterio.

b) Sociedades plurales. Aprender a identificar la pluralidad, rechazando la injusticia y discriminaciones existentes por razón de sexo, origen, creencias, diferencias sociales u orientación afectivo-sexual. Expre- samente se abordan los diferentes tipos de familias: biparentales, monoparentales y homosexualesŠ

c) Mujeres, asumir la igualdad de derechos entre sexos, reconocer situaciones de discriminación o violencia de género y razonar cómo afrontarlas.

d) Democracia. Conocer las normas básicas y las instituciones. Educar a las y los futuros ciudadanos en que deben participar en las votaciones y exigir después responsabilidad a las y los políticos.

e) Derechos humanos. Desde la óptica de su conocimiento y su defensa como una conquista histórica inacabada.

f) Impuestos y consumo. Pagar impuestos para redistribuir la riqueza y proteger a los colectivos desfavorecidos incidiendo en la necesidad de moderar el consumo de bienes.

g) Globalización. Ver la relación directa entre el modo de vida de los países desarrollados y sus con- secuencias en el mundo. Aprender a ver quiénes son los responsables de las guerras y sus consecuencias humanitarias.

¡Ahí es nada! si se consiguiera que las nuevas generaciones ­y las anteriores en la medida en que nos interrelacionamos­ hicieran suyos esos valores, quienes estamos por la labor de que «otro mundo es posible» tendríamos aliados y aliadas seguras.

Sin embargo, como no podía ser de otro modo, el borrador ha suscitado fuertes críticas de la Jerarquía católica y asociaciones de padres/madres de colegios religiosos. La caverna, que ve que se les acaba el monopolio de transmitir «sus» valores confesional-católicos.

Durito ha empezado el curso para el Athletic y para Ana Urkijo, su nueva presidenta. Ella ya ha anunciado que las elecciones para la nueva dirección del Club ­que, como el otro, «es más que un club»­ se adelantarán al final de la temporada. Pues, entretanto, ¡ánimo Ana! y a dejar alto el pabellón deportivo y la otra parte que como mujer te va a tocar asumir. Tus palabras indican que en ello estás. «Está claro que no voy a hacer las cosas como las hacen los hombres. Primero porque no soy un hombre y no sé. Tratar de hacer las cosas como un hombre sería un error de base. Voy a hacer las cosas con la responsabilidad que una persona debe hacer las cosas. Lógicamente con la impronta de mi condición de mujer». -

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