Colea aún el cabreo patrio por el partido Catalunya-Euskadi del domingo. Aunque alguno como Alfonso Ussía (en realidad se llama Ildefonso pero parece que no le gusta ponerlo) pretendiera disimular y hasta ridiculizar un acto de aquella dimensión.Pretendía mofarse y se retrataba el Ussía en “La Razón”:«Se ha hablado mucho del partido entre las ‘selecciones’ de fútbol catalana y vasca celebrado en el ‘Camp Nou’ de Barcelona. No había jornada de Liga y aprovecharon la cosa para montar su guateque reivindicativo, y provincial. No hay que concederle importancia al asunto. Un partido de fútbol entre Cataluña y Euskadi, amistoso y festivo, es igual que un enfrentamiento deportivo entre Castilla y Murcia, Andalucía y Extremadura o Madrid y Navarra. Exaltación de las provincias con un fondo de Demostración Sindical». Será por eso que se han subido por las ramas, ¿verdad?
Dice más memeces el columnista:« Lo del ‘Camp Nou’ tenía mucho de Demostración Sindical franquista sin Franco, con Maragall, Mas, Ibarreche, Carod Rovira y Josu Jon Imaz en plan de ministros. Sobraban las pancartas a favor de la ETA, pero ya se sabe que en los festejos populares se leen todo tipo de cartelitos. Y los nacionalistas provincianos de ambas comunidades llenaron el Estadio del Barcelona de la misma manera que Solís abarrotaba las gradas del Bernabéu. Abriendo las puertas para que entrara aquel que quisiera. Y es sabido que en España, todo espectáculo gratuito se llena de gente. Hasta los sorteos de Lotería, que son un tostón». En Barcelona se pagó entrada. Por si Ussía no lo sabe.
Y como colofón, una de insultos:«En unos meses, se jugará el partido de vuelta, probablemente en San Mamés. Y pasará lo mismo. Iguales pancartas, iguales mensajes, iguales banderas e iguales nacionalistas provincianos y semejante paletería. Lo paleto y los paletos, en el fondo, resultan entrañables. Y si no saben que lo son, más todavía». Como dice el refrán, la sartén le dijo al cazo...
Los de “Abc” se lo tomaron más en serio:«Poco más de 56.000 espectadores asistieron a un espectáculo de reivindicación política disfrazado de competición futbolística. El resultado era lo de menos: lo importante era escenificar una pantomima que suscita a la inmensa mayoría de los españoles (incluidos muchos miles de vascos y catalanes) una mezcla de sentimientos entre la indignación y la vergüenza ajena». El que se pica, ajos come. -
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