Patxi Urrutia y Gloria Rekarte (*)
Navarra: Democracia es Euskal Herria
Para cualquier observador que se asome al escenario político navarro resulta evidente que Navarra se encuentra en una encrucijada histórica, uno de esos momentos donde se palpa que lo que suceda en los próximos días o semanas o meses a lo sumo, va a determinar el devenir político de los próximos años, quizá bastantes años. Como ya sucediera en encrucijadas históricas anteriores, tanto en los años de la república como durante la transición al franquismo, a Navarra se le abren dos horizontes de futuro: la Navarra sola, separada de los demás territorios vascos e «integrada» en España, o la Navarra columna vertebral de una Euskal Herria en paz, democracia y dueña de su futuro. Planteada así la cuestión, alguien pensará que arrimamos el ascua a nuestra sardina al asociar paz y democracia con el horizonte de Navarra en Euskal Herria y, en consecuencia, sugerir que la Navarra sola e integrada en España es sinónimo de conflicto y falta de democracia. Sin embargo, lo que decimos se ajusta plenamente a la realidad. La Navarra sola e integrada en España que consagra el Amejoramiento del Fuero es una imposición de la derecha, que ha querido blindar un marco político para garantizar su supremacía política ante la posibilidad, cierta y recurrente en nuestra historia, de que Navarra «se vuelva loca» y decida construir un futuro en común con los demás territorios de Euskal Herria.La derecha es muy consciente de que sólo con engaños, cartas marcadas y represión, mucha represión, puede mantener vigente un marco político totalmente anti-natura para las navarras y navarros. El espacio natural de relaciones sociales, económicas y culturales para Navarra ha sido y es Euskal Herria; la conexión de Navarra con Europa y el resto del mundo por tierra, mar y aire es Euskal Herria, la lengua originaria y las señas de identidad de Navarra son comunes al resto de territorios vascos, y Navarra ha sido y es para Euskal Herria su propio ser político, la consciencia viva de un pasado soberano que el pueblo vasco ambiciona revivir. No es de extrañar, por tanto, que los ayuntamientos navarros optasen por abrumadoras mayorías, hasta en tres ocasiones, a favor de un estatuto único para las cuatro provincias vascas en el debate que tuvo lugar en los años treinta del siglo pasado. Una decisión democrática que fue fraudulentamente saboteada en la decisiva asamblea del teatro Gayarre en 1932, haciendo que Navarra quedara fuera del Estatuto Vasco. Conviene recordar que en el debate de los años 30 la izquierda Navarra se posicionó claramente a favor del Estatuto unitario para las cuatro provincias. El motivo era claro: para el Frente Popular (donde se incluían el partido socialista, el partido comunista y la UGT), «El Estatuto Navarro aislado vendría a confirmar y afianzar el dominio de las derechas en Navarra, a proveerse ellas de mayores facultades para mantener sojuzgado al pueblo navarro, a impedir que el contacto y trabazón con la democracia vasca diera a las izquierdas de Navarra una mayor representación y fuerza que merme su poderío y sus privilegios». Los malos presagios del Frente Popular se harían realidad cuando, a los cuatro años del atropello del Gayarre, los fascistas tomaran las calles de Navarra dejando un lastre de más de tres mil civiles asesinados en la más absoluta de las impunidades, en una tierra donde ni siquiera hubo un frente de guerra. Cuarenta y cinco años después, a la muerte de Franco, los herederos fácticos del régimen que maniobraban para mantener su poder en la «democracia» impusieron de nuevo que Navarra quedara fuera del preautonómico vasco, cuando una minoría de diputados de derecha impusieron la partición contra la opinión del resto de diputados navarros y por supuesto contra la opinión mayoritaria de la sociedad Navarra. Para legitimar este nuevo fraude, la derecha sólo tuvo que comprar el cambio de chaqueta del PSE (que aglutinaba los cuatro territorios vascos), pactar la partición con el PNV e inventar la fórmula del Amejoramiento para evitar que el nuevo timo a Navarra tuviera que ser sometido a consulta popular. La derecha, la azul, la gris y la más fascista, se encargó de acondicionar el ambiente para que nada se escapara a su control: asesinatos de Montejurra, Semana pro-Amnistia del 77, Sanfermines del 78, Batallón Vasco-Español, Triple A... En la encrucijada histórica actual, la mera posibilidad de que el estatus amejorado de Navarra pueda cambiar por medio de un proceso democrático pone los pelos de punta a UPN. Por eso, quienes conocemos a la derecha española y a sus tentáculos navarros sabemos de lo que son capaces de hacer para evitar que el castillo de mentiras, engaños y represión sobre el que han edificado su poder se desmorone. De ahí nuestra preocupación al observar que la derecha está movilizando todos sus resortes para blindar el vigente marco del Amejoramiento. Los cursos de verano de UPN (con la actuación estelar de Pedro J. y Boadella), la tan fastuosa como engañosa exposición organizada por el Gobierno de Sanz en el Baluarte, la renovada política de agresión al euskara avalada por el mismo Sanz, los desfiles del día 12 de octubre de la mano de la Falange y la Guardia Civil... son la evidencia de que UPN y sus acólitos quieren convertir a Navarra en un centro de operaciones destinadas a sabotear el proceso de resolución democrática del conflicto. Parecen dispuestos a impedir por todos los medios que se aborde un proceso de cambio del actual estatus antidemocrático de Navarra. Piensan que la democracia, el ejercicio de los derechos democráticos, la posibilidad de articular en libertad un proyecto común con el resto de territorios de Euskal Herria es el principio del fin para su omnipotente hegemonía política. La historia nos dice que relativizar o mirar hacia otro lado cuando delante de nuestros ojos los fascistas se lanzan a la ofensiva es una temeridad que puede acarrear graves consecuencias. Por eso queremos apelar a las y los demócratas de Navarra, a las gentes de izquierda, a los de conciencia republicana, a las personas comprometidas con las ideas abertzales y socialistas a que salgan a la calle a responder a estas agresiones fascistas, a defender la puesta en marcha de un proceso democrático en Euskal Herria en el que Navarra tiene que ser protagonista primordial y a decirles a los fascistas que nunca van a poder con quienes seguimos con el corazón rojo y el puño levantado en defensa de la justicia y la democracia. - (*) Patxi Urrutia y Gloria Rekarte firman este artículo
en nombre de las y los convocantes de la manifestación que, con el lema “Atzoko
eta gaurko faxisten aurrean, Euskal Herriak Autodeterminazioa”, tendrá lugar
mañana en Iruñea
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