BILBO
Bilbao Basket viajó ayer a Málaga con una mezcla de sensaciones positivas y negativas previas al partido de esta noche ante Unicaja.
En el lado optimista se sitúa el recuerdo de las dos victorias ante el conjunto malagueño en la pasada temporada y la victoria en Illumbe en el estreno de la campaña. En el otro lado de la balanza se impone el potencial de un rival herido como el vigente campeón de liga y que en dos jornadas no ha logrado la victoria y que busca estrenarse ante el conjunto bilbaino a partir de las 21.00. Los de Scariolo, además, vienen con el «regreso» de Santiago, uno de los elementos más importantes en la pasada campaña.
El entrenador del equipo vizcaino, Txus Vidorreta, se mostraba preocupado por el impacto que en la plantilla bilbaina ha tenido la derrota in extremis ante el Etosa Alicante el domingo pasado en La Casilla.
«El equipo estaba tocado por la derrota, pero no tenemos que estar tristes porque dimos muestras de buen baloncesto en muchos minutos del partido y fuimos capaces de dominar por primera vez a un equipo que para nosotros siempre ha sido difícil. Me gusta que las derrotas afecten a los jugadores, pero necesito que tiren para adelante y se sientan orgullosos del trabajo que están realizando», matizó el técnico de Indautxu.
En el aspecto físico, el conjunto bilbaino cuenta con toda la plantilla, salvo el lesionado Savovic, ya que Javi Salgado pudo entrenar con normalidad a pesar del golpe sufrido en el tobillo el domingo. Peor lo tiene Fred Weis. El galo vuelve a lo que fue su casa, pero no lo hará en las mejores condiciones, pues tiene una bronquitis que no le permitió entrenar los dos últimos días.
«Está muy motivado para el partido ante Unicaja porque es su retorno a Málaga. Esperemos que esté a un nivel que le permita competir», comentó Vidorreta.