GASTEIZ
El diputado del PNV en el Congreso español Emilio Olabarria afirmó ayer que tiene la impresión de que el Gobierno no quiere cerrar la central nuclear de Garoña en 2009, y añadió que «todo apunta a que la prórroga de diez años más de actividad solicitada por la central tiene muchas posibilidades de concederse». Olabarria anunció, en la sede del PNV de Araba, que su grupo va a hacer un seguimiento «recurrente», trimestre a trimestre, de los planes del Gobierno sobre Garoña y sobre la ubicación o no en Araba de un cementerio nuclear, y dijo que van a intentar que estas decisiones «no se tomen de manera clandestina».
Advirtió de que «el Gobierno no está haciendo nada para sustituir la energía nuclear por otras fuentes» y añadió que, a juzgar por las respuestas que ha recibido hasta ahora del Ejecutivo de Zapatero, «tenemos la impresión de que no quiere cerrar esta central en 2009».
Recordó que Nuclenor, dueña de la central nuclear de Garoña, ha registrado ya su solicitud de prórroga de actividad hasta el 2019 y dijo que «todo apunta a que la prórroga tiene muchas posibilidades de concederse».
«Bondades» de la prórroga
Mientras tanto, recordó que los problemas en torno a esta central siguen existiendo (citando la existencia de grietas y la contaminación de ríos) y opinó que si se decide su continuidad, tanto las empresas que gestionan la central como el Gobierno tendrán que hacer un trabajo pedagógico a los habitantes de la zona y a los responsables políticos de las bondades de la prórroga. «Ese trabajo pedagógico no se ha empezado a hacer, pero yo estoy seguro de que van a hacer pedagogía en los habitantes de los municipios colindantes sobre las bondades de las inversiones que se prometen tanto si se ubica el cementerio de residuos como si se mantiene en funcionamiento la central», apuntó.
En cuanto a la polémica sobre el cementerio de residuos nucleares, Olabarria expresó su deseo de que no sea construido en Araba.