La matanza de ballenas en el Antártico provocó la caída en la absorción de CO2
La caza masiva de ballenas que llevó a su casi desaparición en el siglo XX tuvo impacto en la cadena trófica, ya que al contrario de lo que se podría pensar no aumentó el krill (principal alimento de estos cetáceos) sino que casi desapareció y ello conllevó también una disminución de la capacidad del Océano Antártico de absorber CO2.
IRUÑEA
Según el científico indio Víctor Smetacek, que participó ayer en un debate organizado por la Fundación BBVA sobre el calentamiento global y su impacto en los ecosistemas polares, la disminución de la capacidad del Océano Antártico para absorber dióxido de carbono estuvo motivada por la matanza de cientos de miles de ballenas. Así lo expuso dentro de los actos organizados con motivo del Año Internacional Polar, que se celebra desde noviembre de este año hasta marzo de 2009. De las 300.000 ballenas azules que habitaban el Océano Antártico se pasó a sólo 350 ejemplares en el siglo XX y su disminución también provocó una caída de su alimento, el krill, que también lo es de otras muchas especies marinas.
Recicladoras de hierro
Smetacek explicó ayer en rueda de prensa que en vez de aumentar el krill, como era esperable, desapareció porque las ballenas actuaban como recicladoras de hierro, un mineral indispensable para que el krill se reproduzca. «Las ballenas eran fertilizantes a través del hierro, pero su exterminio produjo una caída en la producción biológica», explicó este científico. Para resolver este fenómeno y conseguir que las ballenas vuelven a aumentar en número, Smetacek propone que se fertilice el océano con hierro para que se produzca más krill y las ballenas y otras especies vuelvan a tener alimento. Además, otra consecuencia del aumento del hierro, y por consiguiente del krill y de las ballenas, es que el océano recuperaría su capacidad de absorber CO2, ayudando así a atenuar el cambio climático. Ya se han realizado nueve experimentos de fertilización de hierro en aguas salinas y por el momento los efectos sólo duran una veintena de días, pero quizás, como sugiere Smetacek, pueda funcionar a gran escala en la Antártida.
Cambios en la cadena trófica
Por otra parte, los científicos ya han detectado cambios en la cadena trófica polar, tanto ártica como antártica, con especies boreales que están colonizando los ecosistemas polares, al disminuir el hielo, y con disminución de especies autóctonas al cambiar las condiciones de vida, sobre todo por el cambio climático que genera una disminución de la capa de hielo y un aumento de la temperatura. El investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (UIB-CSIC) Carlos Duarte indicó que la tasa de calentamiento del planeta es más rápida que las previsiones de los escenarios más pesimistas, y el Artico ha perdido su hielo 18 veces más rápido en las últimas décadas. De hecho, en este año 2006 se ha alcanzado la menor extensión de hielo ártico tanto en verano como en invierno.
Retroceden algunas especies de pingüinos
GARA
IRUÑEA Algunas especies de pingüinos, como los Adelia o Emperador, están retrocediendo por la pérdida de hábitat, mientras que el pingüino de Papúa ha aumentado sus poblaciones por colonización de territorios, según Jaume Forcada, del British Antartic Survey. Además, hay especies invasoras introducidas por el ser humano, como renos o ratas, que están dañando los ecosistemas y especies autóctonos antárticos. Asimismo, las poblaciones de lobo marino antártico han sufrido reducciones importantes en la productividad y supervivencia de las crías, junto con incremento de tasas de mortalidad de las madres de un 20%, indicó Forcada. Cada año se pierden 152 km3 de hielo antártico, lo que equivale a un aumento del nivel global de océano de 0,4 milímetros. En los últimos 50 años la Península Antártica ha sufrido un calentamiento de dos grados centígrados y ha perdido cerca de 8.000 km2 de superficie. En el Artico, los experto prevén un aumento de la tasa de calentamiento de 1,2 C por década a principios de este siglo, y de 3C por década a finales de siglo.
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