El 9 d'Octubre es la Diada oficial del País Valencià, que rememora la entrada en la ciudad de Valencia de Jaume I en 1238. Las tropas catalano-aragonesas echaron a los moriscos e instauraron el Reino de Valencia. Tanto el españolismo como el catalanismo reivindican esta fecha. Los primeros como una conquista de la cristiandad, los segundos como un recuerdo de los orígenes del país. A pesar de la importancia del 9 d'Octubre, la principal fecha de reivindicación valencianista es el 25 d'Abril, que recuerda que en 1707 las tropas borbónicas ganaron la batalla de Almansa, y abolieron las instituciones propias catalanas y prohibieron el uso de la lengua propia.· La izquierda independentista,
unida.
Convocados por Endavant, Maulets y la CAJEI (la Coordinadora de Asambleas de Jóvenes), la izquierda independentista cerraba la marcha y, un año más, reunió el mayor número de manifestantes, que recordaron los principales problemas que aquejan a la sociedad valenciana: la depredación urbanística del territorio o las dificultades para estudiar y trabajar en catalán. Los convocantes resaltaron la necesidad de trabajo común de la izquierda independentista catalana, una unidad que ya se visualizó en Barcelona el pasado 11 de Septiembre. Tienen muy presente que 2007 coincide con el 300 aniversario de la derrota de Almansa y se preven importantes movilizaciones en todo el país.
· El blaverismo retrocede.
Como una ola de estelades (la bandera independentista catalana), la manifestación recorrió tranquilamente el centro de la capital valenciana. Atrás quedan los años en que los blavers (nombre que reciben los anticatalanistas en Valencia) increpaban a los manifestantes y les agredían lanzando objetos desde algunos balcones. Hay que recordar que Valencia ha sido uno de los principales nidos de la ultraderecha en los Països Catalans, que contó durante muchos años con representación parlamentaria a través de Unió Valenciana. Sus cinco diputados y el clima de enfrentamiento que crearon ayudaron al PP a echar a los socialistas del Gobierno valenciano en 1995. Una vez conseguida la Generalitat, UV dejó de ser útil a los populares, que prefirieron reducir el nivel de crispación. En las siguientes elecciones Unió Valenciana no consiguió ningún diputado, y no los ha vuelto a recuperar.
· Pacto para echar al PP. La pancarta que abría la manifestación era toda una declaración de intenciones: «Guanyem el país» (Ganemos el país). Y es que la actualidad política de las últimas semanas en Valencia está protagonizada por las negociaciones entre EUPV (Esquerra Unida del País Valencià) y el BNV (Bloc Nacionalista Valencià) para presentarse conjuntamente a las elecciones de mayo a la Generalitat. Si la coalición resultante sumara sus diputados a los del PSPV hay posibilidades reales de echar al PP del Gobierno.
El Estatut valenciano vigente hasta el pasado abril fijaba el listón mínimo del 5% en el conjunto de la Comunidad Valenciana para lograr un escaño. Esto explica que un partido como el BNV no haya logrado entrar en las Corts a pesar que en 2004 consiguió el 4,77% con 114.122 votos en conjunto. El nuevo Estatut no fija el techo electoral, que habrá que concretar con una futura ley electoral. Si se aprueba antes de las elecciones podría rebajarse el techo; si queda pendiente, se tendrá que aplicar el criterio general, que reduce el mínimo al 3%. Las dos opciones abrirían el tan deseado hemiciclo valenciano al Bloc.
Pero más allá de esperar un cambio legislativo, el Bloc es consciente de que la mejor garantía para entrar definitivamente en las Corts es una coalición electoral con EUPV. Esquerra Unida tiene actualmente 6 diputados, pero las encuestas apuntan que está descendiendo, lo que pone en riesgo todos sus diputados si no supera el 5% de los votos.
«Presentarnos conjuntamente es la única manera de modificar la correlación de fuerzas en las Corts y poder cambiar el país», asegura Joan Ribó, el portavoz parlamentario de EUPV y representante del sector más catalanista del partido. Ahora las negociaciones están pendientes de la asamblea que Esquerra Unida celebrará en noviembre. «Pienso que se llegará a un acuerdo, soy optimista, a pesar que en los dos partidos hay sectores que no están por el pacto».
Una voz cercana al Bloc, Rafa Xambó (profesor de sociología en la Universitat de València y cantautor) no se muestra tan esperanzado como Ribó: «Me preocupa mucho que la escenificación del desencuentro que se ha visualizado entre las dos formaciones haya reducido las ilusiones generadas. Creo que hasta Navidad no se concretará el acuerdo. Para entonces, el globo mobilizador del voto quizás ya se habrá pinchado y existe el peligro que el PP revalide la mayoría absoluta». advierte.
La izquierda independentista mira el pacto con mucho
recelo. Aure Silvestre, en nombre de Endavant, coincide con la necesidad de
sacar al PP de la Generalitat «porque ha hecho una política muy salvaje de
depredación del territorio y de menosprecio de la lengua. Si consiguen echarle
será mejor para el país», concede. Pero no confía en que un tripartito aborde
las cuestiones de fondo a resolver en Valencia: «Hemos visto cómo el BNV y el
PSPV han pactado a nivel local con el PP cuestiones como el urbanismo, es por
eso que no nos da confianza la política que puedan hacer». -