Soledad GALIANA
Londres y Dublín, dispuestos a imponer su plan si los partidos no alcanzan acuerdos
Se cumplen los peores pronósticos sobre las negociaciones que, destinadas a reinstaurar las instituciones norirlandesas, tienen lugar en Escocia. Los dos temas clave reinstauración de las instituciones y apoyo al cuerpo policial enfrentan a republicanos y unionistas. Sinn Féin quiere el ejecutivo en marcha antes de dar su apoyo a la Policía, punto clave para el DUP, que no acepta gobernar con los republicanos sin ello. Londres y Dublín podrían imponer su «solución».
DUBLIN
La falta de avances en las negociaciones entre los partidos políticos norirlandeses en Escocia les ha llevado a una encrucijada, que podría forzarles a aceptar o rechazar un pacto impuesto por los gobiernos británico e irlandés para resolver las cuestiones clave en las discusiones: el apoyo a la Policía y la reinstauración de las instituciones.Mientras las negociaciones prosiguen en Saint Andrews, Escocia, los primeros ministros Bertie Ahern y Tony Blair idean un documento delineando su plan para avanzar en el proceso político. El mensaje es claro: si los partidos no alcanzan un acuerdo, los gobiernos lo harán por ellos. Las dos cuestiones que bloquean las negociaciones son que el DUP apoye la reinstauración de las instituciones y que Sinn Féin haga otro tanto con la Policía norirlandesa. Como el portavoz oficial del británico Tony Blair apuntaba, la principal cuestión no es que unionistas y republicanos se nieguen en redondo a considerar estas opciones, sino el momento en que se producirá una con respecto a la otra. DUP advierte de que no formará gobierno con Sinn Féin hasta que apoye a la Policía. Sinn Féin declara que no lo hará hasta que las instituciones estén en funcionamiento. El portavoz de Blair constataba la cautela de ambos partidos y las sospechas de que, llegada la hora de la verdad, el otro no cumpliría con sus compromisos. Los republicanos vivieron una experiencia similar en 2003, cuando el entonces líder del UUP, David Trimble, se echó atrás en su compromiso después de que el IRA llevara a cabo un acto de decomiso. «Pero la cautela no va a llevarnos a un acuerdo final indicaba el portavoz británico. Tendremos que encontrar propuestas que resuelvan esta preocupación». Desde su llegada a Escocia, el líder del DUP ha dicho que el apoyo de Sinn Féin para el cuerpo policial es clave para que su partido acepte la presencia republicana en el gobierno: «aquellos que quieren servir en el gobierno de una democracia deben aceptar total y absolutamente a la Policía», exigía Paisley. El jefe del equipo negociador republicano, Martin McGuinness, explicaba que Paisley tenía un papel a jugar en la resolución del tema policial, y que el DUP debe ayudar a Sinn Féin a llegar a un punto en el que su rechazo hacia el cuerpo policial deje de ser tal a través de la reinstauración de las instituciones. «Necesitamos acordar el funcionamiento del ministerio responsable de Justicia y Policía y necesitamos un programa para la transferencia de poderes», añadía el republicano.
Con el nuevo programa, el día D deja de ser «fecha límite»
Soledad GALIANADUBLIN El nuevo plan ideado por Londres y Dublín plantea a los partidos norirlandeses las actuaciones que los gobiernos británico e irlandés consideran necesarias para garantizar la resolución de las cuestiones que aún dividen a las formaciones políticas y que, específicamente, se centran en cuándo y cómo se producirá la vuelta de las instituciones con la presencia del DUP y el apoyo republicano a la Policía. La posibilidad de la imposición de este programa por parte de las administraciones se hizo pública ayer ante lo que se consideraba el bloqueo de las negociaciones, que llegan a su fin hoy al mediodía. Otra cuestión que preocupa a los partidos es la manera en la que se conducen las negociaciones. En la tarde del miércoles, éstas tomaron la forma de una mesa redonda. Sin embargo, ayer se volvió al formato de encuentros bilaterales o trilaterales, con Paisley reuniéndose especialmente con el primer ministro británico, Tony Blair, y con el irlandés, Bertie Ahern. Entretanto, Sinn Féin cree que la única forma de alcanzar un acuerdo en este momento es a través de la negociación de todos los partidos. Reinterpretación Por otra parte, las manifestaciones de un portavoz de Blair hacen creer que los gobiernos están suavizando sus planteamientos de cara a la hasta ahora «fecha límite» del 24 de noviembre, que ha pasado de ser el día en que los partidos debían formar el nuevo ejecutivo, a la fecha en la que se debe alcanzar un preacuerdo sobre cuándo el ejecutivo será formado. Este cambio de interpretación permitiría, siempre y cuando los partidos acuerden un pacto para la reinstauración de las instituciones, la continuación de la Asamblea norirlandesa, que el secretario de Estado Peter Hain había anunciado sería suspendida, hasta posiblemente el próximo año. Sin embargo, las negociaciones se encuentran con otros límites temporales que no se pueden obviar, posponer o ignorar: las elecciones en la república irlandesa y la retirada de Tony Blair. Las elecciones irlandesas tendrán lugar durante la primavera de 2007 se apunta a que el 11 de mayo y ello supondrá que el primer ministro Bertie Ahern estará más centrado en la campaña electoral que en posibles negociaciones. Por su parte, Tony Blair anunció sus planes de retirada para el próximo año y, aún sin fecha, se sabe que dejará el liderazgo del Partido Laborista y su posición como primer ministro durante el próximo verano. Es por ello que una nueva fecha límite podría plantearse en febrero del próximo año.
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