Las jornadas de ‘‘Africa Imprescindible’’ acogieron el jueves la actuación de Lokua Kanza. Fueron muchos los que se acercaron para disfrutar de las canciones cuasi-acústicas del congoles.
Lokua canta en lingala, swahili y francés, mezclando músicas africanas con aires hindúes y árabes. Un percusionista a un lado, una corista al otro y en medio, Lokua junto a su guitarra.
Fue una actuación que supo mantener el nivel con el que empezó. Canciones con melodías agradables y un público gustoso y entregado hacia la dulzura de su propuesta. Entre medios tiempos y canciones de melodías finas, Lokua Kanza consiguió transmitir lo que él quería: la integridad y vivacidad de sus raíces a través de su música.
Sus inicios se remontan a los años 70, cuando estudió guitarra clásica en el conservatorio de Kinshasa.
En 1980, el músico se integró en la orquesta de Abeti como guitarrista. En 1984 se trasladó a Francia y estudió en el C.I.M, la escuela de Jazz de París. Entre 1985 y 1988 fue guitarrista y cantante de Ray Lema, quien lo introdujo en los ambientes de la world music parisinos. A principios de los años noventa, Lokua Kanza trabajó con Manu Dibango y en 1992 fue telonero de Angelique Kidjo en el Olimpia de París.
Y sí que, efectivamente, se perciben en su cantar elementos integradores de la world music. Lo suyo no es puramente tradicional sino que también busca y consigue vestir su propuesta de cierto aire de contemporaneidad.
Un músico que intenta mostrar al mundo su cultura de raíz congoleña cargada de otros elementos actuales. Gustará a los seguidores de artistas más comerciales como Youssou N’Dour o Neneh Cherry. -
Gotzon URIBE