Maite Soroa
Elogio de la dispersión y del dispersor
Lo malo de que le elogien a una es que de la catadura del elogiante se deriva la categoría del elogiado. Y a veces eso resulta del todo catastrófico.Alfonso Ussía, en “La Razón”, elogiaba ayer a Enrique Múgica Herzog y lo describía junto a un amigo común, un tal Martiarena, «un tipo genial y divertidísimo que era muy de derechas». Valiente descripción. También decía que «los dos eran unos apasionados cuando se referían a la Real Sociedad de San Sebastián, y para ambos, su mayor ilusión deportiva, no era otra que descendiera a Segunda División el Athletic de Bilbao. Entiendo que los nacionalistas vascos se van a irritar con este detalle, pero sólo los que hemos vivido y querido a las tierras vascas desde Guipúzcoa, sabemos lo mal que nos han tratado los vizcaínos en esas cosas del deporte». Otra sandez. Y lo mejor de su repertorio, lo más granado del ramillete de flores era su entusiasmo en la represión:«siendo ministro de Justicia tuvo el benéfico coraje benéfico para el Estado de Derecho, de dispersar a los presos comunes de la banda terrorista ETA, que lo eran todos. En la Transición se hicieron muchas cosas bien y algunas mal, y una de las últimas, consecuencia de los complejos del reciente pasado, fue la de conceder a los asesinos terroristas una serie de privilegios penales. Algunas prisiones se convirtieron en auténticos centros de poder etarra, y el ministro socialista Enrique Múgica, terminó con los complejos y los privilegios, dispersando a los terroristas por todas las prisiones de España, con el entusiasta apoyo del PNV de Javier Arzallus». Lo dice Ussía porque él lo sabe, claro. El puede comparar las cárceles de ahora con las de Franco porque... por nada, porque cuando Franco mandaba a la cárcel a sus adversarios, Ussía calentaba el tupé al sol del Régimen. Y como ahora a Múgica le silban todos menos el PP, Ussía
lo elogia para darle ánimos:«Aznar tuvo el acierto de elegir a un hombre
prestigioso y decente del PSOE para ser Defensor del Pueblo (...) Múgica ha sido
un ejemplar Defensor del Pueblo, ahora atacado por la Izquierda de caviar por
haber presentado un recurso de inconstitucionalidad del Estatuto de Cataluña. Y
el PSOE no Alfonso Guerra ha decidido abandonarlo. Conmigo contará
siempre. Me considero un español muy bien defendido por un hombre leal, honesto
y decente». Pues que le aproveche la compañía a Ussía. - msoroa@gara.net
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