Alvaro Reizabal - Abogado
Acusaciones a granel
Cada vez es más frecuente que quienes ejercen la acusación en procesos penales formulen peticiones de años de cárcel absolutamente desquiciadas, sin fundamento jurídico alguno y sobrepasando los máximos que el Código Penal establece para los delitos por los que se acusa. Esta tendencia ha sido siempre muy acusada en la representación de la AVT, que tradicionalmente copiaba los hechos por los que el fiscal acusaba y aumentaba en progresión geométrica los años de prisión, sin argumentos jurídicos de ninguna clase o utilizando algunos de forma artificial, por ejemplo la acusación de genocidio, para tratar de justificar de alguna manera sus exacerbadas peticiones. En el caso de la AVT la explicación de esta conducta, que no su justificación, puede encontrarse en el afán de evidenciar su papel, demostrando que son más duros que la acusación pública. Pero esta costumbre ha creado escuela y hoy también los fiscales gustan de adornar sus escritos con peticiones estrambóticas. A veces suele uno pensar que puede ser para demostrar que son tan severos como la AVT y no dejarse desbordar por la derecha; otras que piden tropecientos años para que luego, aunque el Tribunal rebaje la pena, siga siendo una barbaridad. Es la táctica de pedir el infinito. Lo que es indudable es que semejantes actuaciones constituyen una incomprensible frivolidad, una perversión y un ejercicio abusivo e inmoral del derecho.
Quienes hemos tenido el privilegio de catar las mieles de la privación de libertad sabemos lo que supone un día mas de encierro. Qué digo un día, ¡hasta una hora, un minuto! Ellos no han probado de su propia medicina, pero, como operadores del derecho que son, saben que la libertad es uno de los mas básicos reconocidos en su Constitución y por tanto, no se puede entender cómo se permiten atentar contra ese bien fundamental con tamaña desfachatez. Ejemplos palmarios de cuanto decimos son las penas que las acusaciones, tanto pública como popular, solicitan en el inacabable Sumario 18/98 o las que al unísono solicitaron en sus conclusiones provisionales para Iñaki De Juana: 96 años por dos artículos de prensa. Mucho más caro que tres asesinatos. Un disparate. Pero hay veces, como la que acabamos de citar, en que el tiro les sale por la culata. A la vista del despropósito de su petición, la Fiscalía se ha visto obligada a reconocer que es un dislate y fruto de la sed de venganza de algunos sectores y anuncia su intención de rebajar sus demandas a parámetros que, aunque siguen siendo totalmente excesivos, son al menos más presentables, y va el PP y se les echa a la yugular diciendo que es una vergüenza nacional. El esperpento jurídico inicial ha derivado en cuestión de Estado cuando ha habido que corregirlo. A ver si aprenden. -
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