Putin evita dar a la Unión Europea garantías en el sector energético
Los líderes de la Unión Europea mantuvieron ayer una cumbre informal en la localidad finladesa de Lahti con la intención, entre otras cuestiones, de acercar posturas en torno a una política energética común. Durante el encuentro, de marcado carácter político, pretendían dejar de lado sus diferencias acerca de qué tipo de relación establecer con Rusia para ofrecer a su presidente, Vladimir Putin, una imagen de unidad a la hora de tratar de negociar un acuerdo de cooperación entre la Unión Europea y Rusia. Putin afirmó que su país no ratificará la Carta de la Energía.
LAHTI
El presidente ruso, Vladimir Putin, evitó dar ayer a los europeos las garantías escritas que le piden sobre el futuro de las inversiones extranjeras en el rico sector de la energía, aunque se mostró dispuesto a «encontrar enfoques comunes». Putin tuvo que escuchar duros reproches de algunos de los líderes de la UE con quienes compartió cena en un encuentro informal celebrado en la ciudad finlandesa de Lahti calificado de «abierto y franco». El presidente ruso volvió a rechazar la posibilidad de que Rusia ratifique la Carta de la Energía, tratado internacional que contiene el marco jurídico y las obligaciones para el comercio energético entre el Oeste y el Este de Europa. «No estamos en contra de los principios de la Carta, pero hay que modificar ciertas formulaciones» con el fin de que se tengan en cuenta «los intereses de todos los socios», insistió. Tampoco quiso aclarar si, en ausencia de ratificación de la Carta, estaría dispuesto a que esos principios generales que dice compartir con los europeos figurasen en el nuevo Acuerdo de cooperación que Rusia y la UE van a comenzar a negociar antes de finales de año. La seguridad jurídica, la apertura recíproca, la no discriminación y la libre competencia son las bases de la relación que los Veinticinco quieren establecer con Rusia, y que parecen estar en cuestión por algunas iniciativas recientes de Moscú. Según Putin, la suspensión del proyecto Sajalín-2, cuya mayoría estaba en manos de la multinacional anglo-holandesa Shell, y el rechazo de las ofertas extranjeras y europeas para desarrollar el campo gasístico de Shtokman, uno de los mayores del mundo, nada tienen que ver con ninguna campaña contra el capital extranjero. En realidad, explicó, «tenemos propuestas de ley en la Duma orientadas a garantizar toda inversión extranjera, asegurar los derechos de propiedad y minimizar los sectores en los que el capital foráneo no puede ser utilizado». Añadió que esos sectores, en realidad, se reducen a dos, las áreas relacionadas con la seguridad y los «yacimientos únicos más grandes, que pueden contarse con los dedos de una mano». Putin llegó a decir que su país «depende más de Europa (en lo energético) que al revés», porque el 67% de las exportaciones rusas se dirigen a la UE. La Unión Europea importa actualmente de Rusia el 25% de su consumo de gas y de petróleo.
Valores comunes
Los gobernantes de la UE recordaron a Putin que la asociación estratégica debe basarse no sólo en intereses comunes sino también en valores comunes. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recomendó que no se «politice» en exceso la cuestión energética, porque las relaciones entre la UE y Rusia no se pueden reducir a la energía, sino que deben ir mucho más allá. y manifestó que la UE y Rusia deben desarrollar «una confianza mutua» en este ámbito. Esa relación debe incluir transparencia, apertura, seguridad jurídica, reciprocidad y no discriminación a las empresas de ambas partes, no solo en energía, sino en cualquier otro sector, explicó Barroso. El debate sobre la energía y la reunión con Putin ocupó la mayor parte de la cumbre informal de media jornada celebrada ayer por los jefes de estado o gobierno europeos en Lahti, que sirvió para «definir una orientación» en los tres terrenos de la energía, la inmigración y la innovación. Para Durao, la cumbre de Lahti, si bien no condujo a decisiones legislativas por no tratarse de una reunión formal, sirvió al menos para «definir una orientación» en los tres terrenos de la energía, la inmigración y la innovación.
Reclaman más compromisos en energías renovables
Greenpeace pidió a los líderes de la Unión Europea un mayor compromiso con las fuentes renovables y que reduzcan el uso de combustibles fósiles. Proyectó el mensaje «Seguridad energética igual a renovables» con un haz de luz sobre el Sibelius Hall, el centro de congresos donde se celebra la cumbre. La acción tuvo lugar horas antes del inicio de la cumbre y fue interrumpida por la Policía. -
AIE augura que unos pocos controlarán el suministro
MADRID El economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, vaticinó ayer que el abastecimiento de petróleo y gas natural se concentrará en un número reducido de países. Durante su intervención en la V Conferencia Anual del Club de Madrid, Birol aseguró que el sistema energético actual «no es sostenible ni aceptable» y pidió a los gobiernos que «diseñen marcos normativos que permitan las inversiones necesarias para garantizar el suministro». Indicó el suministro de petróleo dependerá cada vez más de Arabia Saudí, Irán e Irak, mientras que el gasista se concentra en Rusia e Irán, que poseen el 50 por ciento de las reservas totales de gas natural. «Pocos países produciendo materias primas básicas», destacó, antes de apostillar que ese hecho «aumentará la vulnerabilidad del sistema energético». En cuanto a la evolución del consumo, Birol indicó que el petróleo «continuará dominando la perspectiva energética de los próximos veinticinco años». La demanda de gas natural seguirá creciendo, pero a un ritmo menor, y se volverá al carbón ante el encarecimiento del crudo. El economista jefe de la AIE consideró que también crecerá la aportación de las energías renovables y descenderá el peso de la energía nuclear. En el caso del petróleo, el incremento de la demanda se deberá al sector del transporte que, según Birol, todavía no ha encontrado alternativas a pesar de la subida de los carburantes.
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