A veces, algunas veces, el incrédulo tiene razón, y por uso y abuso de la previsión meteorológica y porque aseguran los que viven de ello, que el cambio de horario produce cansancio y depresión, cuando me encontré de repente con una gala especial en TVE, entendí que a partir de los cincuenta o te incorporas al mundo real, o debes inventarte demasiadas excusas para practicar una contraprogramación absolutamente fuera de la norma de un Ente con ese pasado y al que debería preocuparle, como a Woody Allen el futuro, porque es donde viviremos casi todos lo que nos resta de vida.

Era una gala para ayudar a la FAO. ¿Y qué es la FAO? Pues la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación que coordina las actividades internacionales encaminadas a erradicar el hambre. Claro, recaudar fondos para estos nobles objetivos es la excusa perfecta. Y, a mi entender, la manera más eficaz de mantener a millones de seres humanos del planeta Tierra en el hambre y la pobreza, ya que si es necesario un espectáculo lamentable con Isabel Pantoja y Anne Igartiburu incluidas, para detener el hambre, vamos mal. A lo mejor era mejor aquello que hacían del Domund. No es de recibo que con un gobierno que se proclama socialdemócrata, su televisión de bandera, se dedique a estas acciones de recaudación de dineros en forma de mesas petitorias, es decir que intente sustituir la justicia por la caridad. Pero es que además, fue una gala infecta, televisivamente hablando. Y estamos a finales de octubre, es decir, que nos esperan docenas de galas en todos los ámbitos televisivos, con todas las excusas necesarias, para hacer estos malos circos en pal color.

Era una manera de contraprogramar a OT, que dicho sea de paso, sigue emitiendo siempre la misma gala. Todavía no he encontrado el enganche este año, y como salió la persona que tenía dificultades auditivas, ahora todo se ha quedado en casuísticas menores y los asuntos del cante y el baile discurren de una manera anodina. Decía, que cada vez que paso por esta gala, me parece que es una repetición. Y lo malo es que no sé de qué edición ni año. Hasta veo aburrido a Jesús Vázquez. -