BAGDAD
El Pentágono anunció ayer la la muerte de un marine en la provincia occidental de al-Anbar, lo que elevaba la cifra de soldados estadounidenses muertos en Irak este mes a 101.
Al mismo tiempo, un atentado con coche bomba colocado junto a un centro de contratación de obreros en el barrio chií de Sadr City, uno de los mayores de la capital, dejó ayer 26 muertos y 59 heridos.
El atentado, cometido en este barrio que acoge a tres millones de habitantes, no fue el único de ayer, ya que otros dos con coche bomba causaron seis muertos y 18 heridos.
El Pentágono reconoció ayer por boca de su portavoz, Eric Ruff, que los ataques han aumentado, aunque acto seguido adujo que el incremento se debe a la celebración del pasado Ramadán y las elecciones legislativas de medio mandato en EEUU, el 7 de noviembre.
Lo que a ojos de muchos parece ser una agravamiento del conflicto, coincidió con la llegada ayer a Bagdad del consejero de seguridad de la Casa Blanca, Stephen Hadley, quien aterrizó en una visita no anunciada.
Además, el presidente de la Unión de Profesores de Universidad, miembro de la Asociación de Estudiantes Musulmanes y destacado activista político suní próximo a la resistencia, Essam al-Rawi, murió tiroteado ayer por un grupo armado desconocido mientras se dirigía a su hogar, según informó la Policía.
Al-Rawi recibió ráfagas de ametralladoras de tres hombres armados que bloquearon al paso a su vehículo en el barrio de Dawoodi donde residía, en el momento en que acompañado de dos guardaespaldas se dirigía a la Universidad, según el teniente Maitham Abdul-Razaq. Uno de los escoltas murió y el otro resultó herido.
Asimismo, fuentes oficiales anunciaron el hallazgo de 31 cadáveres en las últimas 24 horas en Bagdad. Entre los cuerpos se encuentran el de una periodista y su chófer, que trabajaban para la televisión pública.