LA HAYA. ­ Holanda celebra hoy elecciones generales, las terceras en cinco años, con la incógnita del posicionamiento que tomarán finalmente los indecisos (un 40% del electorado) y con la posibilidad, histórica, de que la izquierda, el PS, arrebate a los socialdemócratas del PvdA su condición de principales rivales de la derecha democristiana. Los últimos sondeos otorgan a ésta, en el poder desde 2002, 45 de los 150 escaños de la cámara. No obstante, auguran un castigo a los liberales y aliados del VVD, lo que impediría al primer ministro, Jan Peter Balkenende, asegurarse la mayoría en el Parlamento. De ahí sus nervios de última hora y, acaso en un intento de concitar apoyos de los sectores más racistas con los musulmanes, el anuncio de la inminente prohibición del burka. Desde la oposición, las encuestas difieren sobre qué partido ocupará el segundo lugar en escaños pero todas ellas auguran un importante incremento del Partido Socialista, que según algunos sondeos podría arrebatar el puesto a los socialdemócratas. Y es que la convergencia casi total de la derecha y los socialdemócratas en todas las materias provoca estupor en el electorado (de ahí los indecisos) o la movilización del electorado de izquierda que exige cambios.