El movimiento chiíta al-Sadr abandona las instituciones por la reunión Maliki-Bush
·La casa blanca pone en duda en un informe la capacidad del primer ministro de afrontar la situacion
Tal y como anunció, el movimiento chiíta antiocupación de Moqtada al-Sadr ha abandonado sus escaños en el Parlamento y retirado a sus ministros del Gabinete de Nuri al-Maliki en protesta por su encuentro en Amman con el presidente de EEUU, George W. Bush. Coincidiendo con la reunión, “The New York Times” filtró un informe de la Casa Blanca que expone dudas sobre la capacidad de al-Maliki para afrontar la situación actual en Irak.
BAGDAD
El Gobierno del Nuri al-Maliki está en barrena tras la decisión del movimiento chiíta al-Sadr de suspender toda participación en el Parlamento y el Gobierno colaboracionista por la decisión del primer ministro, también chiíta, de ir a Amman al encuentro del presidente de EEUU, George W. Bush.Dirigido por Moqtada al-Sadr, el movimiento ostenta cinco ministerios y cuenta con alrededor de 40 diputados de un total de 275_ algunos de ellos presentes oficialmente en la Cámara como «independientes». Su principal bastión es Medina al-Sadr, la inmensa barriada bagdadí de más de 2 millones de habitantes pero su presencia es creciente en las ciudades del sur de Irak. Tiene su milicia armada, el Ejército de El Mehdi, que el pasado martes protagonizó un desfile militar en pleno día en la ciudad sureña de Basora. Esta milicia protagonizó sendos levantamientos civiles y armados contra la ocupación en abril y noviembre de 2004. En un cambio de táctica, y con motivo de los últimos comicios, apostó por apuntalar su posición participando en el Ejecutivo liderado por las formaciones chiítas Al-Dawa y la ASRII, que tuvo que cederle cinco ministerios más que por su presencia nominal 30 diputados por su influencia real, tanto en la Cámara como en la calle. «Los iraquíes sufren la ocupación y no aspiran más que a ver su final, así como a vencer a los takfiri (sunitas rigoristas) qui matan sin distinguir entre civiles y militares, como se ha visto recientemente en Medina al-Sadr, donde los coches-bomba explotaron con la ayuda de los americanos», señalan en un comunicado, en referencia a la muerte hace una semana de 205 vecinos de esta barriada chiíta. El diputado Falih Hassan, recordó que «Bush es un criminal que ha matado a muchos iraquíes y no queremos que interfiera en los asuntos de Irak».
Críticas de EEUU a al-Maliki
Coincidiendo con el encuentro entre Bush y el primer ministro pospuesta a hoy a última hora, el diario “The New York Times” filtró una nota del servicio confidencial de la Casa Blanca que pone en duda la capacidad de al-Maliki. «Sus intenciones parecen buenas cuando habla con los americanos (...) Pero la realidad en las calles de Bagdad invita a pensar que, o bien al-Maliki ignora lo que pasa o bien no tiene medios suficientes para traducir sus buenas intenciones en actos», señala la nota, firmada por el consejero de Seguridad Nacional tras su encuentro con el primer ministro a finales del mes de octubre.Críticas al margen, el informe recomienda reforzar los poderes de al-Maliki, y apunta a la necesidad de reforzar su Gabinete con personalidades sin marcado perfil confesional. La Casa Blanca emitió un comunicado en el que reitera que su apoyo a al-Maliki «no ha cambiado». En la misma línea, y horas después, la Administración Bush minimizó el alcance de la decisión de sus enemigos del movimiento al-Sadr. Mientras la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, denunciaba la incapacidad ocupante de poner punto final a un «nivel de violencia sin precedentes», medio centenar de personas civiles, policías, un soldado estadounidense y guerrilleros murieron ayer en ataques y combates. Un día después de que un informe secreto filtrado a la prensa reconociera la impotencia de EEUU para controlar la provincia de al-Anbar, el Pentágono anunció que reforzará su presencia en Bagdad en detrimento del resto de Irak.
Protestas por la visita en la capital jordana
Bush llegó a Amman entre protestas populares y férreas medidas de seguridad. Cientos de estudiantes protestaron por la visita en el campus de la Universidad mientras otro amplio grupo de personas protagonizó una sentada ante el Parlamento. Para última hora de ayer estaba prevista una marcha unitaria desde la sede de los sindicatos. Tanques vigilaban la carretera del aeropuerto y cientos de policías con perros rastreaban hoteles y calles en busca de
explosivos. -
Los regímenes árabes pujan con Irán en el escenario iraquí
AMMAN Los regímenes árabes acusan a al-Maliki y a su Gobierno de «tolerancia, e incluso conncivencia, con las miicias chiítas». La denuncia, realizada por diplomáticos árabes ayer en Bagdad, iba a ser trasladada por el rey Abdallah II a Bush en nombre de los regímenes árabes aliados de EEUU. Informes de los servicios secretos de estos regímenes acusan a miembros del Gobierno al-Maliki de implicación en las actividades del Ejército de El Mehdi y de las milicias Badr, brazo armado de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica (ASRII). Precisamente el rey jordano se reunió ayer con su líder, Abdel Aziz al-Hakim. «Perderían los sunitas» Al-Hakim aseguró a Abdallah II que, en caso de que estalle una guerra confesional, «los grandes perdedores serán nuestros hermanos de la comunidad sunita». Los regímenes árabes insisten a su vez en apuntar a la «enorme influencia de Irán, que desestabiliza todavía más a Irak». Le acusan de «financiar con grandes sumas de dinero los intentos de convertir a los sunitas al chiísmo». Advertencia de Riad Un consejero del reino saudita ha advertido de que Riad intervendría en Irak en caso de una retirada de EEUU. «Suministraríamos a los militares sunitas ayuda financiera, material y logística comparable a la que Irán da desde hace años a los chiítas». Firma la misiva Nawaf Obaid, consejero del embajador en EEUU, el príncipe Turki al-Faisal. Expertos dan absoluta credibilidad a esta advertencia.
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