BILBO
Los trabajadores de la Unión Europea se enfrentarán en los próximos años de una manera intensa a nuevos riesgos en materia de seguridad y salud laboral de naturaleza sicosocial, ligados sobre todo al sector Servicios, como destacó el nuevo director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, Jukka Takala, que ofreció una visión general para los próximos diez años. En su presentación en la capital vizcaina, el ex responsable en esta materia en la OIT señaló las dificultades existentes a nivel europeo para obtener datos concretos sobre la incidencia de los accidentes y enfermedades de carácter laboral. Dijo que «se producen cada año 151.300 muertes a causa de accidentes y enfermedades relacionadas con el trabajo».
De esa cifra, el director de la Agencia Europea con sede en Bilbo destacó que «precisamente las enfermedades relacionadas con el trabajo representan una mortalidad mucho mayor, con 142.400 casos, mientras que los accidentes laborales, los que más tiene en cuenta la opinión pública, se atribuyen la cifra restante, 8.900 fallecidos. El uso de sustancias peligrosas en los puestos de trabajo es la causa de entre 31.000 y 56.000 muertes al año, de los cuáles 21.000 las produce sólo el amianto». Takala reconoció que esos datos «son la punta del iceberg», ya que destacó que «por cada accidente mortal se producen mil accidentes no mortales, pero que indican carencias en cuanto a prevención de los riesgos laborales».
Adelantó, por otro lado que se está produciendo un cambio en las actividades económicas, lo que está llevando a una terciarización de la economía europea y a la aparición de nuevos riesgos, como los sicosociales, que intensificarán su impacto en los próximos años. El Observatorio de Riesgos de la Agencia Europea, que dirige Eusebio González Rial, anticipa ya que «los nuevos riesgos emergentes, son los del siglo XXI y se deben combatir con sistemas diferentes a los riesgos del siglo pasado».
Jukka Takala profundizó en este tema y recordó que los riesgos sicosociales pueden acelerar la muerte del trabajador. Para ello, puso el ejemplo de los conductores de autobuses, que «en sus jornada de trabajo pueden generar estrés por los horarios, la necesidad de llegar en unos plazos de tiempo, el cobro, etc. En algunos países se jubilan antes, pero también se mueren antes», precisó.
Aunque la llegada de este tipo de riesgos está advertida desde hace unos años, contrasta con el hecho de que ni la Comisión Europea ni el Estado español los tienen en cuenta para ser incluidos en los listados de enfermedades profesionales, que supondría un tratamiento de los afectados como quien sufre un accidente de trabajo.
Compensación económica
Jukka Takala reconoció que no están incluídos en esos listas, que en el Estado español se ha aprobado recientemente, por razones económicas, porque «sería muy caro, porque provocaría un gasto muy elevado para las empresas en materia de compensación económica», explicó, aunque también reconoció que esos riesgos sicosociales no están incluídos en los listados de enfermedades profesionales «por decisión política. Así de claro». Jukka Takala reconoció que se debe abrir un debate en torno a este problema «para avanzar y ver cómo se puede mejorar esta situación y equilibrar la carga económica que lleva aparejada». En este caso dejó claro que «el 5% de los europeos se queda en paro debido a los efectos de las enfermedades sicosociales, que les impiden continuar en su puesto de trabajo».
También aseguró que «está provocando que una parte importante de la población ocupada se jubile a los 55 años en vez de hacerlo a los 65 años, lo que provoca unas cargas económicas para las arcas públicas importantes».
El director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo afirmó que «si no se reconocen los riesgos sicosociales como enfermedad profesional, será difícil llevar adelante los sistemas de prevención adecuados. Debe ser un proceso gradual que depende de decisiones políticas y la presión que puedan ejercer los medios de comunicación».
Jukala explicó la necesidad de potenciar la cultura de la seguridad y la salud en el trabajo desde edades tempranas. De hecho, la campaña actual «¡Crecer con seguridad!» se dirige a los jóvenes y culminará en marzo porque «los jóvenes son los que están siendo más afectados por los accidentes de trabajo, mientras que son los trabajadores mayores de 45 años los que más afectados están por temas de enfermedades profesionales».
Salud y competitividad
El director de la Agencia Europea hizo un llamamiento especial a los empresarios, que son los responsables directos de mantener los puestos de trabajo en condiciones de seguridad adecuadas, para que tengan en cuenta que «una buena gestión de una empresa también es la que se preocupa no sólo de lograr la competitividad y productividad, sino de la seguridad y la salud en el trabajo. Si no se reducen los accidentes de trabajo o las enfermedades profesionales en una empresa, no se produce una mejora en la competitividad. Tiene que tomar buena nota de ellos».Según los datos que aportó Jukka Takala, los índices de competitividad a nivel mundial muestran los países que menor índice de siniestralidad tienen con niveles elevados de competitividad de sus empresas.
En esa tabla los estados español y francés y Bélgica se encuentran en niveles intermedios en accidentabilidad y competitividad, pero sólo superan a Tailandia, China, India, Hungría, Suráfrica, México, Brasil, Rusia y Zimbawe. Los países mejor situados en cuanto los índices de seguridad y salud laboral y competitividad son Finlandia, Suecia, Dinamarca y, entre otros, Singapur.
Takala destacó que la Comisión Europea tiene que adoptar medidas para conseguir que «haya instrumentos que fomenten la calidad de los servicios de prevención de riesgos laborales y la formación en esta materia», por lo que expresó que una de las tareas que desempeñará al frente de la Agencia, ubicada en Bilbo, será «impulsar que la Comisión Europea vigile la transposición de la legislación europea, para que se apliquen las normas de seguridad y salud en las empresas».
El director general de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo hizo mención también a la cuarta encuesta europea de condiciones de trabajo, realizada por la Fundación Dublín.
Según los datos que aporta este trabajo, todavía un 35% de los trabajadores que el trabajo afecta a su salud y, aunque el 80% dice estar satisfecho con las condiciones, «una exploración de los resultados más profunda arroja unas cifras preocupantes en el terreno de los trastornos músculo-esqueléticos o en el estrés». Según destaca la Agencia Europea, «un 50% de los trabajadores europeos trabaja todavía en posturas fatigantes o dolorosas durante al menos una cuarta parte de la jornada laboral»y, por otro lado, «un 46% trabaja a alta velocidad durante la mayor parte de su tiempo o durante toda la jornada». Además, «cerca del 5% de los trabajadores experimenta violencia y acoso en su trabajo».
Estos datos muestran que, aunque se avanza en seguridad, todavía queda mucho camino para conseguir que el trabajo no genere ni patologías ni lesiones. «Nosotros explicó Takala tenemos la misión de conseguir lugares y puestos de trabajo libres de riesgos identificables con el fin de mantener una población activa sana, segura y motivada que lleve a un incremento de la productividad y la competitividad».
Debido a esto, la Agencia trabajará en actuar en los nuevos riesgos emergentes y en preparar a los nuevos países que se incorporen a la UE (Bulgaria y Rumanía) para que reduzcan los niveles de accidentabilidad.
No obstante. Jukka Takala reconoció que con los movimientos de personas, ligados a la emigración, «queda una tarea pendiente por parte de la Comisión Europea para garantizar unos trabajos seguros y saludables para todos».