RIGA
Los dirigentes de los 26 estados miembros de la OTAN reafirmaron ayer su compromiso para sostener al Gobierno de Hamid Karzai en la cumbre de Riga, pero sin ningún entusiasmo y en medio de tensiones entre los socios, aunque nadie habló de fracaso.La declaración final consensuada, de 46 puntos, dice que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) tiene las «fuerzas, recursos y flexibilidad necesarias» para asegurar el «éxito continuado» de la ocupación de Afganistán, al tiempo que resalta la «fuerte solidaridad» de los miembros de la alianza militar.
Sin embargo, tan rotunda declaración no oculta las disensiones internas. Italia, Alemania y los estados español y francés prácticamente no cedieron un milímetro en sus respectivas posiciones pese a los llamamientosa de George W. Bush, el secretario de la alianza militar, Jaap de Hoop Scheffer, y las críticas de otros miembros como Gran Bretaña y Canadá, por no moverse de zonas relativamente tranquilas de Afganistán y no querer saber nada de lo que ocurre en el sur del país.
Jacques Chirac anunció cierta «mejoras» en la participación francesa, pero afirmó que no aumentará el número de efectivos 1.100 en la actualidad y que se estudiará «caso por caso» su desplazamiento a zonas fuera de Kabul. «A petición de la OTAN he anunciado una serie de medidas que mejoraban las obligaciones francesas. No estoy dispuesto a ir más allá», zanjó Chirac en Riga.
Tampoco Rodríguez Zapatero cedió. El presidente español dijo que «vamos a actuar exclusivamente en la zona que tenemos asignada y con las restricciones que son conocidas», añadió.
Fuerza de Reacción
Quizá el mayor «éxito» de la cumbre sea la creación de la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF) al confirmar su «plena capacidad operativa» con una dotación de 25.000 efectivos capaces de desplegarse en cualquier parte del mundo en poco tiempo.
La OTAN también animó a sus miembros a no relajarse y seguir aumentando los gastos de defensa, mientras que respaldó poner en práctica «distintos formatos» de la alianza con países que no son socios, como es el caso de Japón, Australia y Nueva Zelanda.