Zapatero y sus cuates no han caído aún en la cuenta de que la competición entre la copia y el original termina en derrota clamorosa del imitador. Así que, si se empeña en imitar en intransigencia a la derechona, terminará besando la lona como un púgil peso mosca ante un campeón de los pesos pesados.

Ayer, en “El Mundo”, Isabel San Sebastián acreditaba que no le van a dejar pasar ni una:«el Gobierno sabe que su proceso está condenado al desastre e intenta tapar su fracaso poniendo en marcha el ventilador, en forma de vídeo financiado por producciones Pepiño, para esparcir la culpa por doquier y ocultar su grave responsabilidad».

Y así, le desnuda en su intención para que quede con las vergüenzas al aire:«Pretende que las imágenes del pasado nos hagan olvidar esa fotografía de la vergüenza que muestra a Patxi López, secretario general del PSE, reunido con el dirigente de Batasuna-ETA, Arnaldo Otegi, discutiendo los pormenores de la negociación política exigida por los terroristas como precio por el alto el fuego. Intenta cubrir con el viejo ‘y tú más’ la infame actuación del Fiscal General del Estado, convertido en valedor de asesinos múltiples como De Juana Chaos o de esos centros de recaudación del chantaje mafioso, llamados herriko tabernas, que ahora se quieren blanquear para mostrar a la banda la buena voluntad del Ejecutivo».

Y si lo anterior no le es suficiente para comprobar que se está encaminando hacia un precipicio, le conviene leer más cosas como la que sigue:«Nos sirve declaraciones sacadas de contexto de portavoces sin el menor protagonismo en la vida política actual, a ver si así nos olvidamos de las palabras de Zapatero en el Congreso, comprometiéndose a ‘respetar la voluntad del pueblo vasco’, o los acuerdos suscritos por los socialistas con el PNV en Alava y Nafarroa Bai en Navarra, pactando la entrega de ambos territorios a las fauces del nacionalismo excluyente en cuanto lo permitan las urnas».

Y para concluir la lección magistral, San Sebastián advierte a ZP:«mientras tanto, ETA se rearma, amenaza, multiplica la presión sobre los empresarios, incendia las calles, recupera el protagonismo y exige la autodeterminación y la territorialidad, como ha hecho siempre. Se ríe de los desesperados intentos zapateriles por agradarla». La fiera cada vez pide más comida. Y si no se la dan, se come al domador. Que lo sepas, ZP. - msoroa@gara.net