Esta tarde, a las 19.00, en el Palacio Euskalduna de Bilbo se proyecta el
documental ‘‘Cambiando el paso’’, un trabajo presentado justo hace un año y que
ha tenido desde entonces un recorrido, sobre todo, entre profesionales de la
sanidad. Hoy abrirá el homenaje que la Academia de Ciencias Médica de Bilbo
rendirá a los pioneros que desde distintos ámbitos plantaron cara a los inicios
del sida en Euskal Herria, allá por 1984 cuando aparecieron los primeros casos.
Veinticinco vivencias y emociones de médicos y personal sanitario se confiesan
frente a la cámara de esta trabajadora social de la Unidad de Enfermedades
Infecciosas de Basurto.En el mismo acto, se procederá a realizar un homenaje a
colectivos asistenciales que han venido trabajando en la atención a los
enfermos, asociaciones y colectivos ciudadanos que han desarrollado su actividad
en este campo durante años. Al día siguiente, colectivos organizan, a partir de
las 20.30, en la estación La Concordia, en Bilbo, un desfile de moda.
¿Qué cuenta «Cambiando el paso»?
El documental hace una historia a través de 25 testimonios, de 25 personas
que trabajan en la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Basurto,
desde médicos a personal de enfermería, auxiliares... La pretensión mía era
conocer cómo se habían sentido ellos todos estos años, cómo habían vivido todos
los cambios en la parte médica, cómo ven el futuro del sida. Mi idea era que
hablaran desde lo emocional, desde la parte humana.
Una visión diferente del sida.
Es que normalmente siempre se habla con pacientes. En este caso, se trataba
de hacer algo diferente y aquí estos profesionales no dudan en reconocer
frustraciones, miedos, inseguridades... Resulta muy emotivo para quienes les
escuchan.
¿Le sorprendió algo de lo que contaron delante de la
cámara?
Yo ya conocía sus pensamientos, pero sí que me sorprendió mucho la sinceridad
con la que hablan. Yo he tenido el privilegio de que me contaran todo eso por
ser quien soy, porque a un periodista no le hubieran hablado con tanta cercanía.
Pero, insisto, yo quería que hablaran como lo han hecho, porque la lucha contra
la enfermedad no sólo la han librado los pacientes, también desde el sistema
sanitario y los profesionales que trabajaron para ellos y por ellos. Y que
compartieron muchas emociones con ellos.
¿Qué aceptación ha recabado el documental entre otros colegas
sanitarios?
Hay compañeros que lo han visto en este tiempo y que te cuentan que es
verdad, cosas como que en aquellos tiempos nadie quería ir a la unidad de
infecciosos, incluso los propios trabajadores que trabajaban en la unidad eran
marginados, se sentían diferentes... La visión de apestados se vivía hacia los
pacientes pero también hacia el personal, y mandarte llevar una medicina a la
unidad de infecciosos era como un castigo. Ha habido que resolver muchas cosas,
y no sólo en lo estrictamente sanitario, sino de actitudes, comportamientos.
Todo eso se cuenta en el documental.
¿Hay autocrítica?
Yo creo que se aprendió sobre la marcha. Fue una enfermedad nueva en la que
hubo que aprender absolutamente todo.
Por cierto, ¿ha cambiado el paso también la sociedad en este
periodo de tiempo?
El estigma sigue funcionando, se ha superado muy poco. Como dice el título
del documental, el personal sanitario ha cambiado el paso a la par que lo ha
hecho el sida, pero la sociedad no. La sociedad tiene que avanzar más deprisa,
no nos hemos movido. Hay una distancia enorme entre los avances médicos y la
aceptación social de la enfermedad. Esa aceptación sigue siendo una cuestión
individual, de cada uno. Todavía hoy los afectados siguen hablando bajito,
porque la discriminación sigue ahí. Ningún médico se atreve a poner en una baja
laboral que es por sida.