Día mundial del sida
La vacuna preventiva contra el VIH está lejos, «pero hay que perseverar»
Una treintena de grupos de investigación en todo el mundo trabajan por dar con una vacuna que prevenga contra el VIH. Ayer, en Bilbo, representantes de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida (IAVI) defendieron la necesidad de seguir apostando por esa vía, a pesar de que los resultados tengan que esperar años, muchos años. Uno de esos ensayos, en India, se acomete gracias a la participación económica del Gobierno de Lakua.
BILBO
«Pese a que la ministra de Sanidad norteamericana ya habló de una posible vacuna en 1984, la realidad ha demostrado que el virus del sida es un experto en la guerra de guerrillas», reconoció ayer, en una conferencia en la capital vizcaina, el director del Plan de lucha contra el sida en Euskadi, Daniel Zulaika. La Conferencia Mundial de Toronto celebrada en agosto pasado dejó entrever, sostuvo este experto, que «a lo largo del siglo XXI no habrá vacuna contra el sida, lo que nos lleva a utilizar las herramientas de combate ya disponibles hasta la fecha», como los geles vaginales y nuevas tecnologías preventivas, incluso apuntó la circuncisión como una medida que algunos estudios han revelado eficaz como prevención.Palabras pronunciadas en un día en el que en Bilbo se habló también de los ensayos repartidos por todo el mundo para dar con una vacuna preventiva frente al VIH, esa misma en la que se trabaja pero que se admite tardará en llegar. Maite Suárez es la responsable de los programas europeos de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida (IAVI) para las relaciones con las ONG del continente. «Cada año que perdemos argumenta sin dar con una vacuna suponen tres millones de vidas». IAVI es la única organización internacional que tiene como único objetivo acelerar el desarrollo de vacunas preventivas contra este virus. Lo hace a través de la búsqueda de asociados políticos, comunitarios o científicos en ese objetivo, impulsando tanto la investigación como la defensa política de la apuesta por una vacuna, «porque somos conscientes de que todavía no ha calado lo suficiente en ciertos ámbitos o esferas de opinión y poder, y al mismo tiempo que queremos acelerar esa investigación, queremos que los poderes públicos hagan lo que tienen que hacer para que se pueda investigar». Hoy, son ya una treintena de ensayos los que se desarrollan en distintas partes del mundo. Algunos de ellos, como el conveniado por el Gobierno de Lakua en India, se encuentra en la primera fase de experimentación y la investigación no concluirá hasta dentro de cinco o siete años. Pero en lugares como Sudáfrica hay ya dos ensayos en fase II e, incluso, en Tailandia ha alcanzado la última fase III. Los primeros resultados de estas últimas pruebas podrían darse a conocer en un par de años. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzo, Maite Suárez se muestra cauta ya que la apuesta, sobre todo de los países más ricos, por una vacuna preventiva aún está sin consolidar. «Personalmente, me produce tristeza ver que cuando un puñado de vidas occidentales parece que están en la picota, y me refiero a la gripe aviaria, pueda generar de forma inmediata una ducha increíble de recursos, de dinero nuevo, que de inmediato estuvo disponible para combatir esa amenaza. Mientras, el sida, una epidemia que lleva más de un cuarto de siglo, que ha matado a 20 millones de personas y que amenaza a muchos millones más, sigue siendo un problema de salud pública por el que hay que luchar centímetro a centímetro para aumentar los recursos y la voluntad política. Uno se pregunta si todas las vidas humanas tienen el mismo valor». En cualquier caso, reconoce «que hace diez años la búsqueda de una vacuna no estaba en la agenda política, los defensores de la vacuna ni estaban en el mapa, y hoy se ha sucedido un avance sustancial, y la idea general es que es absolutamente crítico luchar con los medios preventivos y de tratamientos que tenemos, sin olvidar que necesitamos mejores formas para combatir la pandemia».
«No hay fechas»
A la retórica pregunta de para cuándo esa ansiada vacuna, esta experta responde tajante que no hay fechas. «No voy a incurrir en el mismo error de Bill Clinton en 1997 cuando anunció que la vacuna estaría en diez años. Lo que está claro es que la vacuna no va a estar ahí mañana, ni pasado mañana, sino que es una labor de años. Esto no es un esprint, sino una maratón. Otras vacunas similares como la de la viruela o la polio tardaron muchos años, pero al final la relación coste-beneficio será espectacular. Pero no debemos desanimarnos aunque sea un recurso a medio-largo plazo, porque la perseverancia será clave», expone.«Incluso una vacuna de primera generación, con sólo, por ejemplo, un 50% de eficacia, podría evitar millones y millones de infecciones», defiende.
Aportación vasca a uno de los ensayos en India
BILBO India presenta el segundo mayor índice de infección por el VIH después de Sudáfrica, con 4,5 millones de personas enfermas. Sin embargo, está a la cabeza de los países pobres con mayor capacidad científica. Ayer, Sweta Das, responsable en este país de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el SIDA (IAVI), agradeció en la capital vizcaina el convenio de colaboración que el Gobierno de Lakua suscribió hace año y medio con esta organización sin ánimo de lucro, y que facilitó allí la apertura de un centro investigador que trabaja en uno de los treinta ensayos que en todo el mundo buscan una vacuna preventiva frente al VIH. Tanto ella como su colega Krishnan Eylurkealasum, de la ONG india YRG Care, acudieron a Bilbo para evaluar junto al consejero de Asuntos Sociales Javier Madrazo la evolución de este convenio, por el que Lakua aporta 328.800 euros. «La gente de la calle se está beneficiando ya de esta ayuda», subrayó este último.
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