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«La sombra de nadie», un filme de suspense y de fantasmas
El cineasta Pablo Malo, ganador del Premio Goya a la mejor dirección novel en 2005 gracias a la exitosa película «Frío sol de invierno», estrenará el día 29 su segundo largometraje: «La sombra de nadie». El donostiarra retoma el género del suspense que ya tocó en algunos de sus cortometrajes para plasmar en la pantalla una historia en la que los fantasmas terrenales de los personajes conviven con los del más allá. «Sorprenderá», asegura.
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DONOSTIA
«Como espectador me acercaría a verla si quiero una película entretenida. Me obsesiona mucho no aburrir, por lo que siempre en mis guiones intento no hacerlo bajo ningún concepto. Es una historia de personajes con un trasfondo de fantasmas, y creo que les va a sorprender por bastantes motivos». Son palabras del cineasta donostiarra Pablo Malo, que tras presentar ayer “La sombra de nadie” en un pase de prensa enDonostia, se mostraba «muy contento, aunque a la expectativa» ante el preestreno de la cinta este viernes y su posterior llegada a las salas el próximo día 29. Con el guión de este nuevo filme, Malo recupera la atmósfera de suspense que ya abordó en “El ángel de mármol” y “Jardines deshabitados”, los dos cortos que dirigió antes de rodar “Frío sol de invierno”, que al igual que esa película, fueron reconocidos y premiados en numerosos festivales nacionales e internacionales. «La sombra de nadie» transcurre en el año 1967, en algún lugar perdido en los Pirineos. Buena parte de la trama, protagonizada por Marco (José Luis García Pérez), acontece en Lekaroz, un internado para niñas dirigido por Julia (Philippine Leroy-Beaulieu). La misteriosa muerte de una niña, compañera de otra alumna que encarna Andrea Villanueva, cuyo cadáver aparece en un humedal, es el detonante de la acción. Tal y como apunta el cineasta, su objetivo ha sido que «dentro de una historia realista, se contara algo sobrenatural». «Tras ‘Frío sol de invierno’ quería cambiar de género, y también había una necesidad de abrir un poco el abanico al público; buscar un público más joven al que le guste también ese cine de suspense en el que te llevas algún susto, te agarras a la butaca y te enganchas a la película a ver qué ocurre», explica. De todos modos, matiza que «también tenía muy claro que quería contar una historia de personajes. Y es que, en las historias de terror, los personajes están al servicio del susto y de echar a correr con el hacha. Pero yo quería que también tuviese personajes detrás que apoyasen la historia. Es decir, un trasfondo de fantasmas, pero haciendo siempre hincapié en que queríamos contar una historia de personajes», agrega. De este modo, Malo juega con personajes que tienen sus propias historias y sus propios fantasmas terrenales y los entremezcla con historias de fantasmas del más allá, pero siempre sin apoyarse demasiado en el terror ni en los sustos. «Siempre que recuerdo ‘El resplandor’ o ‘La profecía’ apunta, son películas de suspense que tienen algo más, personajes que sufren, que viven algo». Aunque admite que el rodaje, que comenzó el 27 de marzo en Baztan y finalizó el 24 de mayo en Donostia, fue «complicado», asegura que se han quedado «muy contentos con el resultado. Estoy a la expectativa».
Dedicada al desaparecido Luis Goya
Malo ha dedicado este filme al productor guipuzcoano Luis Goya, fallecido en setiembre tras sufrir un infarto en plena posproducción de «La sombra de nadie». Goya, impulsor de «Frío sol de invierno», también ha producido esta nuevo filme, aunque en esta ocasión Zine 1 se ha unido en coproducción con Media Films. -
«Sin alguien como Luis no hubiese existido esta película; era muy especial»
Pablo MALO
| Guionista y director de la película
Pablo Malo no puede hablar de su filme sin citar a Luis Goya. Junto a él llegó a Lekaroz, y a él le rinde su pequeño homenaje sin dudas al respecto. Dedicado a Luis Goya... Era lógico. Luis está en todo momento en la película. Sin alguien como él, con su forma de hacer las cosas y su forma de trabajar no hubiese existido. Realmente, nos ha afectado mucho porque somos una productora muy familiar, él era un poco el padre de todos los hermanos... Contagiaba mucho su entusiasmo, y era muy vitalista a la hora de trabajar. Eso es algo muy difícil de encontrar hoy día en algo como el cine, donde parece que todo es el dinero, y él se partía el pecho por buscar una financiación para hacer la película lo mejor posible... A nivel personal era muy especial. Vamos a intentar hacer una tercera, desde la misma productora, y con las formas de trabajar de Luis. ¿Qué tal fue el rodaje? Complicado. Mover tanta gente en una productora pequeña requiere que la gente esté muy por la labor de estar en la película. El frío, el estar en el monte, tuve un accidente y estuve en silla de ruedas... fue difícil, pero es prácticamente el mismo equipo que en la anterior película. Se notaron las ganas de hacer las cosas bien. ¿Conocía el internado de Lekaroz? Lo conocí con “Frío sol de invierno”. Me acerqué a verlo para una secuencia en un colegio, pero me pareció demasiado grande, y no conseguí entrar dentro. Cuando me acerqué esta vez, ya con Luis Goya, me entusiasmó, porque era tenerlo todo. Una vez allí, me fui dando cuenta de que también las posibilidades que tenía el exterior eran extraordinarias. ¿Pesa el Goya de 2005? Es curioso, nos han dado premios que pesan físicamente
más que el Goya, pero también pesa (sonríe). A nivel de producción, lo que nos
ha traído son beneficios a la hora de conseguir financiación... “Frío sol de
invierno” nos dio un prestigio que nos vino muy bien de cara a sacar la
financiación para la siguiente película. A ver si todo sale bien.-
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