DONOSTIA
La prohibición impuesta por la Audiencia Nacional contra el acto que con el lema «Hitza eta erabakia askatasunez» había promovido el movimiento pro amnistía no amedrentó a la ciudadanía. Una multitud abarrotó, antes de las 17.30, las cercanías del Velódromo de Anoeta con objeto de denunciar la represión y exigir condiciones democráticas para Euskal Herria.
La Policía autonómica, por su parte, se ocupó de que nadie llegara al Velódromo instalando cordones policiales tanto en sus puertas como en sus inmediaciones, mientras que un helicóptero sobrevolaba la zona para impedir la celebración de esta convocatoria.
Antes aún, la Guardia Civil también impidió la llegada de los manifestantes instalando controles.
Tras la sentada improvisada por el movimiento pro amnistía, la Ertzaintza cargo duramente contra los participantes que se disponían a disolverse de una manera pacífica. La carga de la Policía autonómica causó numerosos heridos entre los manifestantes, de los cuáles algunos fueron trasladados en ambulancias con urgencia, tal y como testigos informaron a este periódico.
Antes de partir en manifestación, hacia las 18.00 de la tarde, Juan Mari Olano, desde una megafonía improvisada, emplazó al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, a que «no tome medidas precipitadas que hipotequen el futuro de este país». El miembro del movimiento pro amnistía afirmó que «el proceso democrático no tiene otra alternativa que no sea el propio proceso».
Tras las declaraciones, representantes del movimiento pro amnistía, entre los que se encontraban Juan Mari Olano, Estanis Etxaburu, Itziar Galardi o Oihana Agirre, desplegaron una pancarta en la cual se exigían condiciones democráticas para Euskal Herria. La manifestación reunió a toda la multitud concentrada en las puertas del estadio.
Cuando la cabeza de la manifestación llegó a la altura de la Avenida Madrid, decenas de ertzainas, con pelotero en mano, cortaron el paso a los manifestantes. Juan Mari Olano y la abogada Arantza Zulueta intentaron dialogar con los agentes pero, al no conseguir nada, los manifestantes optaron por realizar una sentada en la rotonda de la Paloma de la Paz, frente a los ertzainas.
Los manifestantes corearon gritos en favor de la independencia, exigiendo la inmediata liberación de Iñaki de Juana y denunciando la actitud del PNV y de la Ertzaintza.
Irrintzis y cantos populares como «Lepoan hartu ta segi aurrera» también sirvieron para denunciar la situación que vive Euskal Herria. Tras media hora de sentada, los manifestantes optaron por finalizar la protesta con los puños en alto ante el despliegue policial y entonando un emotivo «Eusko Gudariak».
Las miles de personas allí reunidas intentaron dejar atrás la Paloma de la Paz pero el cordón policial lo impidió. La Policía autonómica prohibió el paso a todas aquellas personas que querían ir por la Avenida Madrid, viviéndose momentos de tensión. La Ertzaintza arremetió contra todos aquellos con sus porras y escudos, llegando a tirar al suelo a personas de avanzada edad.
Los manifestantes respondieron con gritos como «zuek ere txakurrak zarete» o «alde hemendik, utzi bakean», y los ertzainas optaron con cargar contra la multitud.
La gente reunida allí intentó dispersarse y escudarse donde pudo. La estación del Topo de Anoeta fue el lugar elegido por numerosas personas, pero allí la Ertzaintza los siguió y disparó pelotazos a una distancia menor de tres metros, hiriendo en el tórax a una mujer de unos 50 años y causando el desvanecimiento a un hombre de avanzada edad, según informaron a GARA testigos presenciales.
Otro testigo también informó a este diario de que en las cercanías del estadio de Anoeta, un joven se encontraba inconsciente tras la paliza propinada por los agentes de la Ertzaintza, la gente que rodeaba al joven señaló que «el joven no se movía para nada». Una ambulancia vino en su búsqueda y lo llevaron al hospital.
Según testigos presenciales, otro joven, que responde a las iniciales de R.S., fue objeto de duros golpes. Tras mantenerlo tumbado sobre la calle Balleneros, una ambulancia lo llevó al hospital y fue detenido por la Ertzaintza.
También se vivieron incidentes ya que se cruzaron en la calzada una veintena de contenedores y prendieron fuego a varios de ellos.
Numerosos contusionados y heridos por la Ertzaintza fue el resultado final de una protesta pacífica que intentaba reivindicar unas condiciones democráticas para este país.
DONOSTIA
La expectación mediática era grande en los alrededores del Velódromo de Anoeta. Ante la imposibilidad de acceder a este recinto deportivo, la puerta principal del estadio se convirtió en un improvisado punto de encuentro. Juan Mari Olano se abrió paso entre la multitud. Cámaras, fotógrafos y periodistas aguardaban sus declaraciones y más de uno tuvo que esquivar las cámaras.
En el ambiente ya se palpaba tensión, a pocos metros, al otro lado de la Paloma de la Paz, los ertzainas tomaban posición.
Entre gritos de «Presoak kalera, amnistia osoa», «Independentzia» y «De Juana askatu», Olano dejó claro que «podrán impedir este acto pero no podrán encarcelar la voluntad de Euskal Herria». Aseguró que, si bien, ayer no pudieron hacer pública su propuesta para reclamar unas condiciones democráticas, «el acto de Anoeta se hará, ya sea dentro de uno o de dos meses».
Compromiso ciudadano
Subrayó la gravedad de la situación y de la decisión adoptaba por la Audiencia Nacional española. «Hoy aquí por ayer queríamos hacer una propuesta para alcanzar una resolución democrática y compartirla con los agentes políticos, sociales y sindicales de este país», destacó. Unido a ello, incidió en que «la toma de decisión sólo corresponde a los ciudadanos vascos y no a los gobiernos español o francés».
Olano insistió en la importancia del compromiso ciudadano. «El conflicto no se solucionará sin la implicación de todos nosotros, de hombres y mujeres de Euskal Herria. No hay otra alternativa. Está en nuestras manos y hoy más que nunca debemos tener valentía para defender la autodeterminación», destacó.
Exigió que «se dejen a un lado apologías de guerra» y «los instrumentos represivos porque no es posible sacar adelante un proceso atando las manos a una de las partes».
