Desalojo de vecinos en Arrasate tras el ataque a una entidad bancaria
ARRASATE
Desconocidos atacaron en la madrugada de ayer un cajero automático de la Caixa que se encuentra en la planta baja de un edificio situado en la plaza Jokin Zaitegi de Arrasate, dejando la oficina totalmente calcinada. El ataque también obligó al desalojo de medio centenar de vecinos residentes en veinte viviendas del inmueble. Según indicó el Departamento de Interior, el ataque ocurrió en torno a la medianoche del viernes y el artefacto utilizado era de fabricación casera y estaba compuesto de aerosoles y gasolina. Las mismas fuentes señaron que el ataque provocó un importante incendio que dejó calcinada la sucursal bancaria. A consecuencia del humo y el fuego causado, los vecinos tuvieron que ser desalojados. Después de que desde el Ayuntamiento se prohibiera la vuelta a casa de los vecinos por los daños sufridos en la estructura del edificio, fueron realojados en hoteles de la localidad guipuzcoana. Una media hora después de este primer acto, fueron atacados con cócteles molotov otros dos cajeros en esta misma localidad, situados en las calles Garibai y Biteri. Estos ataques causaron daños mínimos, según la Ertzaintza. Una vez que los bomberos finalizaron las labores de extinción, a primera hora de la mañana tomaron el relevo los servicios de limpieza.
Condena «rotunda»
El secretario general del PSE de Arrasate y portavoz en ese Ayuntamiento, Francisco García Raya, condenó «enérgicamente» los «cobardes atentados» y exigió a Batasuna que condene estos ataques porque «hoy no es tiempo de escudarse en lamentaciones, sino de trabajar por la paz», y para ello el paso «imprescindible y necesario», en opinión del PSE, «es condenar enérgicamente estos hechos sin ambaje». Tras expresar el compromiso del PSE «con la paz y la unidad de los demócratas», afirmó que «la fortaleza de un pueblo se demuestra haciendo frente a las adversidades».EA también condenó «rotundamente» los ataques y advirtió de que estas acciones son «estériles» para «conseguir una sociedad normalizada y en paz». Reiteró, además, que este tipo de expresiones «atentan contra los principios elementales de la democracia y provocan la indignación de la ciudadanía». Por su parte, Aralar dijo que estas acciones son «obstáculos para la paz y la convivencia».
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