Urola Garaia toma el testigo por los derechos de los presos
Vecinos de Urretxu-Zumarraga y Legazpi tomaron ayer el testigo del ayuno reivindicativo en favor de los derechos de los presos políticos vascos, especialmente significativo al cumplirse hoy 62 días de la huelga de hambre que mantiene Iñaki de Juana en el madrileño Hospital Doce de Octubre, a pesar de que los médicos le alimentan forzosamente.
URRETXU-ZUMARRAGA
Hasta el próximo sábado, vecinos de Urola Garaia mantendrán una huelga de hambre para reivindicar que se respeten los derechos de los presos políticos vascos y que no se utilice a éstos como instrumento de chantaje en un eventual proceso de negociación. Los promotores de la iniciativa, que se mantendrá hasta el día 13, cuando una manifestación ponga fin al ayuno que se desarrolla en Labeaga Aretoa, en Urretxu, insisten en que «hay que dar pasos hacia la democracia» y que las demandas de libertad y democracia por parte de la sociedad vasca no deben chocar contra el sufrimiento de padecen los represaliados y sus familas.
Durante esta semana de huelga de hambre, colectivos políticos, sociales, culturales y ciudadanos de Legazpi y Urretxu- Zumarraga visitarán a los huelguistas;además, diariamente se irán realizando diferentes actividades.
El inicio del ayuno itinerante de Urola Garaia, según recordaron los organizadores, coincide con la lucha que prosigue el preso donostiarra Iñaki de Juana, que desde una habitación del madrileño Hospital Doce de Octubre denuncia con su huelga de hambre de 62 días la política del PSOE, por cuya iniciativa ha sido condenado a doce años y medio por escribir dos artículos de opinión.
Asimismo, en una comparecencia a las puertas de Labeaga Aretoa, los participantes en la protesta recordaron a los seis presos vascos enfermos que deberían estar en libertad por ley, denunciando la «política de exterminio» que mantienen los estados francés y español. Tampoco perdieron la ocasión de remarcar los peligros que acechan a cientos de familiares que semana tras semana ponen su vida en peligro en las carreteras con el único objetivo de visitar a los represaliados.
Esta no fue la única faceta de la política de dispersión criticada por los participantes en el ayuno itinerante de Urola Garaia. Los vecinos de Urretxu-Zumarraga y Legazpi remarcaron «la extorsión económica» que padecen por los gastos que les acarrean las visitas a las cárceles españolas y francesas. Frente a estos «chantajes», defendieron su lucha y compromiso para acabar con ellos.
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