WASHINGTON
La Casa Blanca afirmó ayer que los iraníes están respaldando a la insurgencia en Irak y que Estados Unidos tiene la autoridad para perseguirlos porque ponen en riesgo a las tropas extranjeras. «Vamos a necesitar ocuparnos de lo que los iraníes están haciendo dentro de Irak», manifestó el consejero de seguridad nacional, Stephen Hadley. Antes de que Hadley efectuara sus declaraciones, los ocupantes estadounidenses anunciaban en Bagdad que los cinco iraníes detenidos en Kurdistán Sur la semana pasada estaban relacionados con la Guardia Revolucionaria Iraní. Teherán, por su parte, defendió la inocencia de sus diplomáticos, al tiempo que aseguraba que la detención de sus funcionarios era una muestra de inseguridad estadounidense.
Sin embargo, estos arrestos parecen cuadrar perfectamente en la nueva estrategia de Estados Unidos hacia el país persa. Bush insiste en aislar a Siria y, especialmente a Irán, y estas medidas, así como la nueva gira que realiza Condoleezza Rice por Oriente Medio, van en esa dirección, en la de provocar a Irán.
La misma línea dura adoptó el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, en una entrevista con el canal Fox News. «Irán es un problema», señaló Cheney.
Continúa la matanza
Entretanto, la matanza en Irak continúa. Al menos 26 personas resultaron ayer muertas en diferentes acciones a los largo y ancho del país 17 en la ciudad de Mosul, mientras eran descubiertos 40 cadáveres en la capital iraquí.
Ayer también resultó muerto un ocupante británico en la ciudad de Basora a consecuencia de las heridas sufridas en un ataque. Con esta nueva muerte asciende a 128 el número de soldados británicos que han perecido en Irak desde que comenzara en marzo de 2003 la invasión liderada por EEUU.
Los estadounidenses comunicaron la muerte el sábado de uno de sus efectivos en el norte del país por la explosión de un artefacto explosivo, en la que resultó herido otro ocupante. Al menos 3.013 estadounidenses han muerto desde 2003.