OSASUNA 5
REAL BETIS 1

IRUÑEA

Bastante lejos queda aquel 25 de noviembre de 1984 en el que Orejuela se convirtió, con sus cuatro dianas, en el verdugo de su ex equipo, el Espanyol, dirigido por aquel entonces por Azkargorta. Redondeó la cuenta Bustingorri, a quien le correspondió el honor de conseguir el tercer gol de un choque que acabó con el resultado final de 5-0 favorable a los intereses rojillos.

Pero esa marca, para cuyo disfrute ha hecho falta esperar dos décadas, no lo fue solamente a nivel particular. Osasuna se convirtió en el primer equipo que le endosa tal cantidad de goles a otro rival en lo que se lleva de presente temporada. Y no es el único dato que mide la alta temperatura del conjunto dirigido por José Angel Ziganda, hay algún otro también bastante relevante.

Como por ejemplo que los navarros lleven una media de tres goles por partido en sus últimos nueve compromisos, si en ellos se incluyen encuentros ligueros, coperos y europeos. Un listón bastante difícil de igualar, no sólo por sus oponentes en la competición estatal, sino incluso si extrapolamos los guarismos a otras ligas del viejo continente.

Tras los gallitos que se están jugando el título del torneo de la regularidad, con sus 27 dianas, Osasuna es uno de los conjuntos más realizadores. Ese hambre de gol se plasma en la actitud que muestra el once rojillo en cuanto salta al césped. En 36 segundos, los locales ya habían creado dos ocasiones frente al marco de un desbordado Contreras.

La reciente y continuada eficiencia de los pupilos del Cuco está resultando aplastantemente letal para sus adversarios deportivos y buena culpa de ello la tiene Soldado, quien con las dos dianas que anotó ayer ya se ha convertido en el pichichi del conjunto navarro, con seis goles de momento.

El valenciano está respondiendo con acierto y eficacia a la llamada de atención que Ziganda le hizo ante su titubeante comienzo de temporada. La participación del joven ariete en el juego de conjunto es ahora mucho más continuada y el mayor nivel de entendimiento con su habitual compañero en la dupla atacante ­Milosevic­ y los centrocampistas que le surten de balones le confieren a sus llegadas una peligrosidad que se torna mortal si dispone de metros. Además de un Webó que le va cogiendo el aire a esto de ver puerta.

Pero no sería justo destacar sólo a las emergentes estrellas rojillas y olvidarse en este compendio de cifras de los 200 partidos ligueros del capitán César Krutxaga. A buen seguro que el de Ezkaroze, que estuvo muy sobrio durante todo el choque, no se pudo imaginar una mejor celebración para su particular bicentenario en el torneo de la regularidad.

En cuanto a lo sucedido sobre el terreno de juego, el amplio resultado lo dice todo. Los anfitriones sólo vieron peligrar su total dominio del juego en los diez primeros minutos de la reanudación debido al gol que los béticos consiguieron al filo del descanso, que supuso el 2-1 y el enfrentamiento de Luis Fernández con la grada.

El polémico entrenador tarifeño se llevó el dedo a la boca para hacer callar a la afición rojilla tras el tanto de Arzu, enfadado porque previamente parte del público había coreado el «a Segunda» a sus pupilos, un cántico desafortunado, máxime si tenemos en cuenta que no hace muchas campañas que Osasuna se encontraba en el pozo.

El ex del Athletic, que se vio obligado a restructurar su zaga hasta en dos ocasiones debido a las aguas que hacía su línea defensiva, sobre todo en los laterales, tuvo que escuchar el «choca esos cinco» al final.