La sala Carreras Múgica explora el origen de la trayectoria actual de Richard Serra
·Expone la obra «Three Angel Prop», una de las primeras esculturas en acero del creador estadounidense
No es habitual ver la obra de Richard Serra en una galería comercial, entre otros motivos, por lo complicado que resulta introducir su obra en un espacio más o menos reducido. La sala Carreras Múgica de Bilbo inauguró ayer una exposición que reúne dos esculturas del autor, además de varios trabajos en papel. Destaca la pieza en acero «Three Angel Prop», creada por el artista en 1969 y que resultó determinante para su trayectoria posterior.
BILBO
Richard Serra siente una gran simpatía por Bilbo. Aunque en los últimos años se le ha relacionado fundamentalmente con el Museo Guggenheim, ya en 1982 creó una escultura titulada ‘‘Bilbao’’ para su exposición en el Museo de Bellas Artes y desde entonces ha viajado habitualmente a la capital vizcaina.Los galeristas Carreras y Múgica mantuvieron su primer contacto con Serra hace cuatro años, cuando solicitaron su colaboración para una muestra de homenaje a EduardoChillida. A partir de entonces han trabajado con él en sucesivas ocasiones. «Tenemos una relación expléndida pero, sin embargo, no le habíamos tenido en la galería y, realmente, teníamos muchas ganas de formalizar esa relación con él a través de una exposición», explican. La sala Carreras Múgica Henao, 10 exhibe desde ayer varias piezas del artista, entre ellas, la escultura ‘‘Three Angel Prop’’, uno de sus primeros trabajos en acero, que data de 1969. Esta creación participó en la famosa exposición When Attitude Become Form, en el Kunshalle de Berna, que dirigió Harald Szeeman, considerado uno de los padres del comisariado moderno. Antes, Serra había utilizado el plomo y con materiales tipo el caucho. A partir de 1970 realizó una obra más monumental. ‘‘Three Angel Prop’’ es una escultura de pequeño tamaño, importante dentro de la trayectoria del artista norteamericano, «ya que en ese momento configuró una línea de trabajo que ha seguido hasta hoy», comenta Ignacio Múgica. «Es el momento continúa en el que Richard Serra llega a la conclusión de que no es el objeto el que tiene el alma sino la idea del artista y que el objeto no es más que una plasmación». Comenzó a realizar piezas sencillas. Buscaba la desmitificación del objeto. «Lo que pretendía era ver la escultura como una interacción con el espacio. El concepto de la obra in situ es probablemente su mayor aportación al mundo del arte», recalca el galerista.
Juego de sensaciones En este mismo espacio bilbaino se puede admirar otra escultura del creador norteamericano, titulada ‘‘T-Corner Prop’’ (1993). Está compuesta por dos piezas tremendamente pesadas. «Richard Serra quiere mostrar cómo puede hacer que algo pesado no lo parezca tanto. Lo hace a través de un juego de inclinaciones». En la misma línea de la anterior, el artista apuesta por desmitificar el objeto, presenta una obra con imperfecciones, sin pulir, para mostrar un juego de sensaciones con una materia pesada que no lo parece tanto.
Aunque realizada sobre papel, el resto de obra de Richard Serra que se muestra en la galería bilbaina está vinculada, asimismo, con su faceta escultórica. Utiliza una pintura al aceite, un material sólido que genera diferentes texturas. «Los problemas que quiere solucionar son parecidos a los de la escultura y siempre están relacionados con el espacio y con el peso», apunta Ignacio Múgica. Vuelve a jugar con las sensaciones, quiere hacer ver cómo una gran masa pesada y estática puede parecer que no pesa y que está en movimiento. Se han colgado uno junto al otro dos dibujos que contienen una forma muy semejante, aunque en uno de los casos la forma aparece en expansión y en el otro, en contracción. «Hay veces que utiliza el dibujo como una especie de mesa de pruebas para ver cómo va a funcionar la escultura; otras veces, como una especie de terapia para quitarse las obsesiones; y, a veces, son dibujos en los que busca solucionar problemas, dibujos que sólo tienen sentido en dos dimensiones».
Varias retrospectivas La exposición que se inauguró ayer en Bilbo podrá visitarse hasta el 7 de marzo. En febrero, la galería Carreras Múgica estará presente enla feria ARCO y allí también exhibirá una escultura de gran tamaño, de 1,80 x 1,80 metros, que pesa nada menos que 33 toneladas.
Richard Serra despierta, sin duda, interés tanto en Estados Unidos como enEuropa.Este mismo año, en primavera, el MOMA de Nueva York presentará una amplia exposición dedicada al autor.Asimismo, en octubre, el museo Reina Sofía de Madrid ofrecerá una retrospectiva dedicada al escultor y ya en 2008 el Gran Palais de París se fijará en su trayectoria.
Los galeristas apuestan por «rejuvenecer» su programa
Al frente de la galería de la calle Henao se encuentran Pedro Carreras e Ignacio Múgica, que anticipan nuevos horizontes para la antigua Colón XVI. Los gestores de la sala ya venían pensando en la conveniencia de acometer el cambio de denominación desde que abandonaran el antiguo local de la calle Colón de Larreategui, hace ahora tres años. Carreras y Múgica han considerado idóneo el momento, cuando se hallan inmersos en un proceso de renovación. La galería quiere reforzar su programa contemporáneo incorporando a las nuevas generaciones de artistas vascos, «las apuestas más de riesgo», señala Múgica. Además de Chillida, han sido habituales de esta galería Iñaki Olazabal, Andoni Euba o Susana Talayero. Aunque seguirán trabajando con ellos, la sala Carreras Múgica acercará a Bilbo las propuestas de artistas como Asier Mendizabal, Xabier Salaberria y Juan Pérez Agirregoikoa. -
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