Apóstol del «Maimstream»
Expectación en el club para disfrutar con la actuación de un ilustre saxofonista que, a diferencia de otros músicos de trayectorias más erráticas, encontró su tono apenas iniciada su carrera, a mediados de los 70. Asentado en los modelos clásicos, desde Hawkins o Webster, entre los afroamericanos, a Zoot Sims o Flip Philips, entre los tenores blancos, su apego al sonido de la época swing: cálido, amplio, con profundo vibrato y pulida resonancia, se convirtió desde fecha tan temprana en su marca personal y, hasta cierto punto, en clave de su éxito.
Este apóstol del “Maimstream”, volvió a obtener, como el año pasado, un clamoroso éxito con temas de Nat King Cole, Count Basie, Artie Schwartz, Robin & Rainger o Ray Noble (espectacular su versión de “Cherokee”, con un inconmensurable Esteve Pi a la batería). Aunque interpretados con la relajada actitud de quien posee un dominio absoluto de la técnica, la concentración de este gran músico en la perfecta emisión del sonido, que supuso un frecuente cambio de cañas y una exigente atención al saxo, fue admirable.
Por su parte, el trío Dexterity volvió a darnos una lección de profesionalidad. Joan Moné, al piano, a quien percibimos más contenido, supo encontrar los matices anímicos y melódicos para redondear la faena del maestro. Ignasi González al contrabajo se adentró en difíciles quites improvisatorios saliendo maravillosamente librado. El pletórico Esteve Pi deslumbró con su variedad de recursos y estratosférica pulsión rítmica a la batería. Si Hamilton fue un apóstol del “Maimstream”, los miembros de Dexterity fueron auténticos sultanes del swing. Por muchos años. -
Javier ASPIAZU
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