Raimundo Fitero
Trifásico
Antes con la bipolaridad, la bisexualidad y el bicefalismo teníamos bastante, pero ahora vivimos en los tiempos del trifásico, los 3 G, las tribandas, los tridentes y los tripartitos. Tres por dos. Tres en raya descolocados, nos encontramos con un caso singular, el lugar geográfico donde la clase choricera del ladrillo marbellí reside, contribuye a la leyenda y han pillado al alcalde y a un edil por lo mismo. Solamente falta, para acabar bien el tri escándalo, que se compruebe que la cárcel de Alhaurín el Grande es también un negocio negro inmobiliario. Esperemos.
El TS también hace sentencias trifásicas, Jarrai, Haika y Segi, organizaciones terroristas. Los tribunales y jueces españoles son los máximos creadores de organizaciones y de militantes. Uno, tranquilamente, puede levantarse con cargo en un mundo oculto y desconocido. Te estás lavando los dientes y te acaban de hacer terrorista. Y tú que te creías el rey del kalimotxo, te conviertes en un proscrito. Otra vez nos han metido en el laberinto en donde no hay un fauno, sino tres. Por lo menos. Necesitamos toneladas de tri paciencia y tri inteligencia para encontrar la salida a lomos de los faunos o con sus criadillas en los dientes.
A la final de OT van tres. Es lo tradicional. Pero en esta ocasión, Risto y sus detractores han manipulado la conciencia y han dado un vuelco a la realidad profesional haciendo que la que mejor canta, Saray, no esté en la final. Es un fraude de concurso. Una sospecha hecha gorgoritos. Los tres más mediocres competirán por vender discos en supermercados. Su carrera ya ha terminado. Los del top manta andan desolados, ¿quién va a comprar un disco de estos sucedáneos? La semifinal acaparó la mejor audiencia de la temporada para el concurso cantarín. Las dos galas que restan son un voto al menos malo. Ahora solamente nos queda ver el vídeo del GH VIP británico y sus manifestaciones racistas realmente impactantes.
Ante tanta situación anómala, en lo astral y lo terrenal, a uno le dan ganas de recomendar tomarse un trifásico: café, leche condensada y el licor que más guste, preferiblemente coñac. O mejor tres que es número primo. -
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