Marta ARISTU | Sicóloga de la Universidad Pública de Nafarroa
«La excesiva ansiedad nos lleva al bloqueo y no nos deja rendir bien en los exámenes»
Aunque no tan temidos como los de junio, los exámenes de febrero también suponen una alteración importante para los alumnos universitarios, que en estas fechas sufren malas digestiones, estreñimiento, diarreas, dolores de cabeza, taquicardias, náuseas y una larga lista de inconvenientes. Un taller de la UPNA enseña al alumnado a controlar la ansiedad que causan los exámenes.
La sicóloga Marta Aristu ha comenzado a impartir en la
Universidad Pública de Nafarroa un taller en el que se enseña a los alumnos cómo
reconocer los síntomas de la ansiedad provocada por los exámenes, revisar las
actitudes y sentimientos que se producen en torno a situaciones tensas y
preparar las estrategias que permitan superar con éxito las temidas pruebas
académicas. Además, el sitio web de la UPNA ofrece una serie de consejos bajo el
epígrafe “Cómo sobrevivir a los exámenes”.
¿Cuáles son los síntomas más habituales de la ansiedad ante los exámenes?
En general, los síntomas de ansiedad son los mismos ante los exámenes que ante cualquier situación ansiógena. Nosotros damos unas pautas porque muchas veces la gente se puede sentir incómoda, nerviosa o siente que no puede parar, y no sabe que eso es ansiedad. Esta ansiedad se da en tres niveles: físico, de comportamiento y de pensamiento. A nivel físico, se pueden dar alteraciones en el sueño, en la alimentación y en todo lo relacionado con el estómago, con malas digestiones, hinchazón, aires, diarreas, estreñimiento... También se pueden sufrir dolores de cabeza, sensaciones de que se paraliza o se duerme el cuerpo o alguna parte del mismo, como las manos, las piernas o la cara. Además, suele ser habitual la hiperactivación, las taquicardias, náuseas, ganas de vomitar y presiones en el pecho o incluso dolor de pecho.
¿Y a nivel de comportamiento?
En esto solemos insistir bastante, porque la gente «se machaca» cuando llegan los exámenes. Suele haber conductas inadecuadas, es decir, personas a las que les cuesta muchísimo sentarse a estudiar, que se sientan delante de la televisión y no se pueden levantar, que no pueden levantarse de la cama a pesar de haber dormido un número adecuado de horas, o que simplemente se ponen delante de los libros y ven que no hace nada. Aunque no las identifiquemos así, son conductas de ansiedad, que algunos estudiantes no pueden cambiar y no consiguen estudiar.
Nos quedan los pensamientos.
Suelen ser, sobre todo, pensamientos insistentes, llegando incluso a la manía, debido a que están continuamente dándole vueltas. Suelen ser pensamientos de infravaloración, tales como «no puedo», «no llego», «lo estoy haciendo mal», «soy peor que los demás», «no valgo», etcétera. También se engloba aquí la actitud de anticipar las consecuencias negativas, tales como «seguro que suspendo», «qué van a decir mis padres», «no voy a acabar nunca los estudios»...
¿Existen diferencias entre alumnas y alumnos? ¿Viven de distinta forma esa ansiedad?
Hay dos tipos de diferencias. Por una parte, existen diferencias individuales claras. Es decir, a cada persona nos afecta en nuestro punto más débil. En la medida en que somos diferentes hombres y mujeres, es cierto que, ante los mismos síntomas, chicos y chicas lo viven diferente. Igual no sistemáticamente, pero sí es algo que se ve. Quizás las chicas le dan más importancia, mientras que a los chicos les cuesta más pedir ayuda. Yo creo que son diferencias de género, consecuencias de la educación y de la forma de vivir las cosas, de tener expectativas diferentes, deseos diferentes...
¿Y cómo influye esa ansiedad en el alumnado en general?
Un nivel de ansiedad es importante para activarnos, porque al fin y al cabo nos puede llevar a rendir. Ante un examen, hay que esforzarse para estudiar más horas. Pero hay que diferenciar la activación positiva, que nos mantiene en un nivel bueno de rendimiento, y la sobreactivación o excesiva ansiedad, que nos lleva al bloqueo y no nos deja rendir bien.
En este taller se enseña a revisar las actitudes y sentimientos que se producen en torno a situaciones tensas provocadas por los exámenes. ¿Puede explicar en qué consiste?
En primer lugar, hay que precisar que este año es un poco diferente a los anteriores. Hasta el año pasado este taller se impartía como único para trabajar la ansiedad ante los exámenes. Era un taller de tres horas en las que se trabajaba desde la perspectiva personal, de manejar las emociones. Este año, dentro de lo que es el Plan de Universidad Saludable, en el primer trimestre se hicieron dos cursos: uno dedicado a la organización y gestión del tiempo, y otro de técnicas de relajación y control de la ansiedad. Entonces, justo en la semana en que empiezan los exámenes, hemos ofrecido este taller englobado dentro de la Universidad Saludable. Va dirigido un poco a despistados o despistadas, un taller de última hora para quienes se ven desbordados en la semana de exámenes. Nuestro objetivo es, sobre todo, que los estudiantes reflexionen sobre cómo viven esas emociones, que se hagan cargo de ellas y del miedo que hay detrás de esa ansiedad, y que aprendan a expresarlo.
¿Las estrategias para superar con éxito los exámenes son personalizadas o iguales para todos?
Estas estrategias son genéricas, pero a cada persona le valen unas. Cada estudiante tiene que ver lo que le sirve a él. No existen recetas mágicas, ni tenemos las técnicas ideales que valgan para todo el mundo.
Estos talleres se imparten desde hace seis años. ¿Son también en euskara? ¿Qué acogida tienen entre el alumnado?
La persona que los impartía hasta ahora no sabía euskara, y este año los imparto yo y ofrezco la posibilidad de expresarse en euskara. No hay un taller exclusivamente en euskara y otro en castellano, pero todo aquel que lo desee puede expresarse en euskara. En cuanto a la acogida, la verdad es que estamos contentas con todos los talleres de la Universidad Saludable. Es cierto que se apunta gente que luego no acude, pero en general tienen muy buena acogida todos los talleres.
La página web de la UPNA recoge una serie de pautas para reducir el nivel de estrés ante los exámenes. ¿Se interesan los alumnos por esas pautas?
En general, creemos que los alumnos sí entran en esa página y leen esas pautas, aunque no tenemos datos sobre el número de visitas que recibe ese apartado. Es cierto que nos llama mucha gente para preguntarnos dónde están esas pautas, porque ha oído hablar de ellas pero a lo mejor no sabe acceder. Eso significa que sí tienen aceptación y que la gente se interesa por conocerlas.
¿Los profesores también sufren ansiedad ante la llegada de los exámenes?
Creo que también tienen ansiedad, de forma generalizada, por lo que para ellos supone de sobreesfuerzo. Pero también es cierto que al final, con la exposición al motivo antiógeno, esa ansiedad va desapareciendo. Hay diferencias entre las veces que esos profesores y profesoras han pasado la época de exámenes y las características personales. Sin duda, el hecho de tener que preparar los exámenes, la revisión de los mismos, la evaluación, las notas... también suponen periodos de tensión para el profesorado. -
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