Geishas y samuráis, en el Museo de Navarra
·La muestra «El crisantemo y la espada» reúne casi un centenar de grabados y cerámicas del arte japonés
El Museo de Navarra ha organizado la exposición de arte japonés «El crisantemo y la espada», con jarrones, platos y cuencos de té de entre los siglos XII y XIX, así como con grabados realizados mediante la técnica ukiyo-e sobre samuráis, geishas y el teatro conocido como kabuki. Los trabajos expuestos en la muestra, que permanecerá abierta hasta el 23 de abril, son un reflejo de la vida cotidiana de la burguesía adinerada japonesa del siglo XIX.
IRUÑEA
El Museo de Navarra acoge hasta el próximo 23 de abril la muestra de arte japonés “El crisantemo y la espada”, en la que se pueden ver 77 grabados de los siglos XVIII y XIX realizados mediante la técnica ukiyo-e y 21 piezas de porcelana de entre los siglos XII y XIX. La muestra se enmarca dentro del quinto centenario de Francisco de Xabier.Las obras pertenecen a la colección particular de Pilar Coomonte y Nicolás Gless, amantes de este tipo de arte, que ofrece una visión muy plástica, a la vez que placentera, de la vida cotidiana y de los mitos que la alimentaban en los albores de la modernización de Japón. Los coloristas grabados ukiyo-e nacieron en el siglo XVII en la ciudad de Edo y ofrecen la oportunidad de conocer la vida de samuráis y geishas, así como representaciones del teatro kabuki, muy popular en Japón.
Tres partes temáticas
La exposición la han dividido en tres partes: la dedicada al mundo de los samuráis y a los enfrentamientos entre los señores de la guerra que precedieron a la unificación de Japón en el siglo XIX; la referente al barrio de placer de Yoshiwara, en Edo, donde trabajaban entre 2.000 y 3.000 cortesanas, y la perteneciente al teatro conocido como kabuki. Entre los grabados, dentro del apartado dedicado a los samuráis, también se pueden ver mujeres samuráis, como Shidzuka-gozen, con la armadura de su amante Yoshitsune o Tomoe Gozen en la gran batalla de Awazugahara. Este tipo de grabados se hacían sobre madera, a partir de un dibujo muy preciso y lineal sobre papel transparente, realizado por un artista que lo enviaba al editor para que aprobara el proyecto y encargara su grabación. El resultado son grabados coloristas que sirven como una pequeña muestra del «cuadro total» de la vida cotidiana japonesa de aquella época. Por otra parte, las 21 piezas de cerámica expuestas fueron realizadas entre los siglos XII y XIX. Son platos de porcelana Satsuma e Imari, grandes jarrones, figuras de geishas, cuencos para la ceremonia del té temmoku o porcelanas transicionales conocidas como shunzhi, de entre 1644 y 1661, es decir de los últimos años de la dinastía Ming y principios de la dinastía Qing. Son trabajos exquisitamente esmaltados, como por ejemplo dos grandes jarrones Imari realizados entre 1860 y 1870, que se exportaban sobre todo a Inglaterra para las exhibiciones internacionales victorianas. La leyenda de Saigo Takamori, el último
samuray
La exposición “El crisantemo y la espada” expone por primera vez diez grabados originales que se realizaron a tiempo real sobre la leyenda de Saigo Takamori, el último samuray. Este personaje, que vivió desde el año 1827 a 1877, murió por seppuku o suicidio ritual después de que fracasara en la rebelión Satsuma. Así pues, todos los trabajos recrean la revolución Satsuma que constituyó la última manifestación del antiguo régimen feudal antes de la restauración Meiji, que asentó las bases del Japón moderno. Este mundo guerrero fue reflejado mediante el musha-e, una variante del ukiyo-e. -
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