BILBO
El ciclismo es un deporte de circunstancias, en muchas ocasiones injustas.Que se lo digan a Aitor Osa o a Frank Schleck. La caída que sufrieron el miércoles echó por tierra todas sus ilusiones. Que no eran pocas en la Vuelta al País Vasco.Afortunadamente, el calendario es amplio y el vasco y el luxemburgués tendrán tiempo de demostrar su calidad, pero acabaron en el hospital y toda su preparación se fue al traste.
Tiene que ser duro. Cuidarse al máximo, cumplir escrupulosamente todos los entrenamientos y que una caída se cargue todo. En el caso del itziartarra, la ronda vasca era su tercera carrera del año, tras la París-Niza y el GPMiguel Indurain. Su rendimiento era, por tanto, una incógnita, pero desde el primer día en Irun ya mostró un estado de forma y unas ganas envidiables. Junto a Contador, formaba una pareja en el Liberty-Würth que podía dar mucho juego.
Es una lástima. Más si se tiene en cuenta la bravura de la que siempre hace gala el vasco. El miércoles no dejó duda: terminó la etapa en Lerin, duodécimo, con una fractura de escafoides. Tanto sacrificio para nada, porque, además, se pierde Flecha,Amstel y Lieja.
Lo mismo se puede decir de Schleck. El luxemburgués del CSC sufrió un traumatismo craneal cuando aspiraba a mejorar incluso el quinto puesto que logró en la París-Niza.
Así que la planificación de poco sirve, si no se tiene la suerte de lado. Bien lo sabe Matxin. En noviembre, los corredores del Saunier Duval ya conocían su calendario de 2006.Sin embargo, todo ese entramado se ha venido abajo, pues suma nada menos que trece bajas. Incluso parece que la suerte, mala o buena, va por rachas. El conjunto amarillo, por tanto, llegó muy mermado a Irun, y el segundo día perdió a Zaugg tras una caída.
Las dificultades con las que se puede encontrar un corredor para conseguir su máximo rendimiento son muchas. La salud del ciclista es frágil.Exprimen su cuerpo hasta tal punto que sus defensas son más bajas de lo normal. Cualquier catarro puede mermar su rendimiento. Y no digamos las alergias. En el Kaiku, por ejemplo, la primavera causa estragos. El debutante Oroz ya tuvo que abandonar, Bru o Azanza no rinden como querían. Los tres llegaban en un gran momento pero no pueden dar el máximo. El polen les ahoga.
Caídas, alergias, enfermedades,... y problemas mecánicos y pinchazos. Vila vivió un día negro el miércoles durante la etapa se le bajó el sillín, se vio cortado por una caída y rompió la rueda trasera en el primer ascenso a Lerin. Finalmente, perdió 18 segundos.
Freire llegó de rebote a Irun y no se irá de
vacio
La otra cara de la moneda la representa el ganador ayer. Freire no tenía previsto la Vuelta al País Vasco, pero por problemas físicos decidió no disputar las clásicas de pavé y alcanzar la forma cara a las próximas clásicas, Amstel, Flecha y Lieja. La jugada le ha salido muy bien, por tanto. Sólo Valverde le impidió alcanzar el triunfo en Irun, una victoria que no se le escapó ayer. De paso, afina su puesta a punto. -