Olaso
Respuesta
Los peldaños de la indignidad se bajan con facilidad y son difíciles de remontar después. La última actuación fascista del juez sin nombre merecería una respuesta unánime y contundente de las fuerzas de obediencia democrática. El silencio o, peor aún, cargar la culpa sobre las víctimas, es más que cómplice. Es culpable. -
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