En este día se celebra el quinto centenario del nacimiento de Francisco de Xabier. Desde la fundación Orreaga quisimos ya hace tiempo conocer la realidad de este personaje tan nuestro y por ello llevamos a cabo una serie de actividades. Nuestro interés principal se centraba en ver más allá de la imagen religiosa que se nos ha querido vender desde un inicio para encontrar al navarro del siglo XVI que llevó a cabo una serie de hechos memorables.Sobre la figura de Francisco de Xabier son muchos los elementos que han quedado oscurecidos tras brazos incorruptos y postales religiosas. Peor aún, el estereotipo que de Francisco ha quedado es el de esa imagen extática y beatífica que reflejan todas las representaciones que de él se hicieron. Esto se deba tal vez a que no existe ningún retrato real del rostro de Francisco y que todos los que se han hecho tienen que ver con asuntos religiosos. Pero lo que se debe de tener en cuenta es que Francisco pasó 23 años de su vida sin saber nada de Iñigo de Loyola y sus proyectos. Hay un Francisco que vivió en el castillo de Javier, que estudió sus primeras letras en su tierra natal y que se marchó a estudiar a París, donde llevó una vida estudiantil muy similar a la que hoy conocemos. Incluso hay un Francisco que estuvo predicando en Italia, trabajando en Portugal (donde participó en el primer Auto de Fe llevado a cabo en aquellas tierras) y viajando por el mundo antes de llegar a las Indias Orientales.
Allí estuvo Francisco diez años de su vida de los que casi la mitad se fueron en viajes (la India, Molucas, Japón, Sancián, etcétera...). El tiempo que paraba quieto lo consagró a los grupos de hindúes que se habían cristianizado. A ellos les entregó todo su esfuerzo y dedicación, aprendiendo su lengua para poder transmitirles mejor el mensaje que llevaba. A ellos y a sus hijos les dedicó el tiempo necesario para defenderlos de los rapaces portugueses y convertirlos en buenos cristianos. En lo que se refiere a la competencia, no tuvo mucho aprecio por los judíos y musulmanes allí afincados, ni tampoco por los sacerdotes de las diferentes religiones que poblaban la región.
Desde la Fundación Orreaga también queríamos saber sobre la familia de Francisco de Xabier. Esa familia que insistentemente se trata de españolizar, pero de quienes los hechos nos demuestran que fueron unos derrotados más. Francisco de Xabier también saboreó la amargura de la derrota, estuvo presente en 1516 cuando se derruyó parte del castillo familiar y tuvo que soportar, como el resto de los allí presentes, el registro que llevaron a cabo las tropas castellanas a la búsqueda de documentos que permitiesen incriminar a sus hermanos en la revuelta de ese año.
En 1521 Francisco de Xabier contaba con quince años y nada nos hace suponer que dedicase su tiempo a la religión, eso vendría mucho después. Por aquellas fechas Francisco debió de vivir con gran expectación la liberación del reino por parte de las tropas navarras, entre las que se encontraban sus hermanos y varios de los primos, y sus aliados franceses. Del mismo modo debió de sentir el miedo en el cuerpo al saber que gran parte de su familia volvía a estar proscrita tras la derrota de Noain y que él mismo podía ser objeto de represalias por pertenecer a una de las familias que con mayor constancia había luchado por la independencia de Navarra.
En 1524, tras el perdón del emperador Carlos V, sus hermanos volvieron a casa. La imagen idílica que nos dan los historiadores españoles casi nos permite ver a los dos hermanos de Francisco volver alegres y contentos del sitio de Hondarribia tras haber pasado casi diez años de lucha, cárcel y represión. Al parecer, su nueva nacionalidad y los títulos otorgados por el nuevo soberano les hizo vivir mejor que nunca; por eso todos los navarros son desde entonces tan felices. Por eso sus hermanos eligieron la universidad de París en vez de Salamanca o Alcalá de Henares para que el pequeño estudiase teología, y cuando Francisco se registró en la universidad de París lo hizo como cantaber y no como español.
También desde la fundación queríamos conocer un poco sobre la nacionalidad de Francisco de Xabier. Ese santo español para la instituciones oficiales resulta que no estuvo en España sino unos pocos días durante su traslado de Italia a Portugal. Su infancia la vivió en el Reino de Navarra, su juventud la pasó viendo cómo sus hermanos luchaban por ese reino, luego vivió en Francia, Italia, Portugal, la India y Japón. ¿Dónde aparece España en todo esto? Aún es- tamos por saberlo.
La fundación Orreaga se ha hecho todas estas preguntas porque busca en Francisco de Xabier una figura que puede ser un referente perfecto para todos los navarros de hoy en día. Incluso eliminando los recargados elementos religiosos, Francisco se presenta ante nosotros como un hombre convencido de lo que quería, trabajador hasta la extenuación por sus ideales (se compartan éstos o no) y ejemplo para todos de lo que debe ser un hombre de principios. Que cada cual busque en Francisco aquello que de bueno se le puede extraer, es lo mejor para la figura de este gran navarro. -