Como en la política todo el mundo va concediendo y retirando créditos a los demás, me gusta escuchar a los del mundo del deporte ofreciendo las mismas rebajas: «Tal entrenador tiene crédito hasta el final de la liga». O su contrario: «A menganito se le está acabando el crédito». A mí sí que se me está acabando el crédito. Un día escribiré un libro de autoayuda sobre el wi-fi. O sea, un manual autobiográfico de un idiota acostumbrado a dejarse restos de euros en las tarjetas de crédito para comunicarse en los hoteles o terminales aeropuertarias. Creo saber discernir lo que es sacar dinero a débito o a crédito. Lo que pasa es que da lo mismo, siempre te cobran una comisión.

Pues como las emociones se encadenan, tras ver la jirafa y observar atónito cómo el “submarino amarillo” hace feliz a Vilarreal, una población de menos de cincuenta mil habitantes clasificándose para las semifinales de la Champions League, pillo de madrugada una entrevista en TV3 con Jordi Pujol, que como a todos los jubiletas políticos le han escrito un libro. Es muy curiosa la situación televisiva. El señor Pujol se comporta con la periodista como si siguiera siendo el molt Honorable. Manda. Es un vicio. Y reparte créditos como si todavía mandara en la extinta Banca Catalana, valorando a ERC o a Maragall.

Si usted pone la tele por las mañana comprobará que el negocio inmobiliario es floreciente, de tal forma que existe hasta un salón específico que se celebra estos días y que paralelamente, en televisión, ha crecido el negocio de los créditos rápidos, exprés, ágiles, inmediatos, sin avales, que se pueden pagar a gusto de quien lo solicita. Si hace unos años había uno o dos anuncios de marcas diferentes, ahora pasan de la media docena. Y la clientela ha ido variando. Antes era claro que buscaban a la ama de casa con apuros hipotecarios a final de mes, pero ahora es mucho más amplio, desde ejecutivas con ganas de vacaciones o de arreglos quirúrgicos, hasta profesionales liberales que desean ampliar el negocio. Y lo último de lo último: uno de estos anuncios está protagonizado por actores suramericanos. Coincidiendo con los analistas inmobiliarios, el futuro son los inmigrantes.