Suele ser de personas de dudosa integridad utilizar los comentarios jocosos, bromistas, serios o de cualquier tipo que se suscitan en una celebración informal y privada. Diría, sin ningún lugar a dudas, que es ruin y mezquino.Cuando leía la carta que usted me dedica en la prensa, no le daba crédito, pues es tal el rencor que reflejan esas líneas, que ciertamente creía que no era a mí a quien se referían. Y de no ver mi apellido, hubiese asegurado que eso sucedió en otro lugar y en otro tiempo.
Lo peor y más deleznable es la utilización pública y en prensa de los comentarios de una cena de compañeros de afición. Cena que se celebra todos lo años la víspera del Gran Premio Miguel Indurain, de la que me siento honrado por ser invitado y a la que tengo el placer de asistir desde hace más de diez años, cuando tuve el honor de presidir el Club Ciclista Estella y que es organizada por jueces árbitros de ciclismo de Tierra Estella. Creo que usted es la primera vez que asiste, por lo que entiendo que pudiera sentirse incómoda en ambiente tan distendido, amistoso y cordial.
Quiero mostrar mi sorpresa, ya que durante la cena no insulté, como usted afirma en su carta, ni a personas ni a colectivos y así lo afirman los asistentes. Y todavía me sorprende más cómo justifica el cobro por arbitrar pruebas, cuando creo que no es necesario justificarlo ya que los árbitros, y en eso le doy toda la razón, hacen una labor encomiable, tan loable como todas las personas que colaboran desinteresadamente en tantas y tantas carreras y a las que no hay que olvidar.
Su carta tiene dos partes bien diferenciadas: la primera se centra en la cena a la que hago referencia en los párrafos anteriores, y en la segunda, usted defiende a su madre, y eso le honra, presidenta de la Federación Navarra de Ciclismo, que recibió un abucheo en la entrega de premios, ya que el trofeo que le correspondía entregar al representante del Gobierno de Navarra, lo entregó ella y no es difícil entender que quien entrega el trofeo del Gobierno de Navarra lo hace en su representación.
Los aficionados al ciclismo nos sentimos defraudados al comprobar que después de muchos años, el Gran Premio Miguel Indurain no fue retransmitido por televisión. Muchos seguimos creyendo que se debió a la cerrazón del Gobierno de Navarra que no dio respuesta ni a TVE ni al ofrecimiento de EITB.
Ese día no dieron la cara en el podium del Puy quienes debieron darla y fue su madre, a quien admiro y respeto, quien, como se suele decir, pagó los platos rotos. Y yo, como un aficionado más, tras la valla, mostré mi indignación ante quien entregaba el trofeo del Gobierno de Navarra.
Miguel Angel García Mitxelena