Yo vi cuando se emitió la supuesta lluvia dorada a Torito en “TNT”. Se notaba a una legua que era un montaje, que no se puede mear en contra de la ley de la gravedad. Y menos una mujer. Por lo tanto todo lo que se ha montado con este montaje es un nuevo acto de cinismo. Quedaba claro que se trataba de una lluvia fría, que alguien fuera del campo de visión lanzaba el agua por encima de la actriz porno o como se llame. No sentí nada más que una sensación de malestar ante tanta estupidez, al ver cómo se debe ganar el sitio y la vida la gente en la televisión de la noche. Pero la reacción crítica escrita y hablada ha hecho que Tele 5 prescinda de Quique Jiménez “Torito”. O sea: despedido. Al paro. ¿Por qué?

Reformulo la pregunta, ¿por qué despiden al currela y no a quien lo mandó a hacer el reportaje, a quien lo editó, a quien le dio paso, a quien lo emitió? ¿Nadie del programa, tanto de las clases medias, como de las altas o como de los trabajadores dice nada ante esta actitud empresarial? ¿No existe la solidaridad, ni un poquito de vergüenza de clase? Están acostumbrados a vivir de las miserias de los demás y de las suyas propias, pero en cuanto hay el mínimo problema todos miran hacia otro lado. Es un síntoma de estos tiempos desmovilizadores. Es un mal ejemplo, porque lo que se debería despedir, si se ponen así de finos, es a todo el programa, pero no, que parece que da resultados económicos. Mientras Torito carga con el mochuelo, le doblan los días de emisión al programa muy mal conducido por Yolanda Flores, que ha pasado de la seriedad a la nulidad.

Y dicho sea de paso, a mí lo que hacía el actor-presentador menorquín me parecía muy malo, pero al menos tenía un punto de provocación, se movía, salía con las cámaras a la calle y era alguien que obtenía respuesta popular. Lo que le queda a TNT es morbosidad baratita, lencería de sex-shop, comentarios aberrantes sobre personajes y personajillos. Una propuesta abiertamente poco recomendable, con o sin Torito. Pero ahora con el agravante de que se ha ejercido la censura en forma de un despido fulminante acompañado del silencio, lo que lo hace todavía más hiriente. Una auténtica lluvia fría. -