La radio latina en Estados Unidos, clave de la resistencia
Grupos contra la criminalización de inmigrantes en EEUU han convocado a un paro nacional de labores para el Primero de Mayo. Las acciones de resistencia de la población inmigrada han provocado brotes xenófobos y reacciones de intolerancia, como la quema de una bandera mexicana en Phoenix y el incendio de un restaurante en San Diego.
Elías Bermudes, conductor del programa «La Voz del Inmigrante», de Phoenix, Arizona, recurrió a medidas extremas para convocar a la marcha contra la iniciativa HR 4437, conocida como Ley Sensenbrenner. «Tuve que decir al aire: ‘ya nos mentaron la madre, y ahora a qué esperamos, ¿a que nos la maten?’ cuenta. Nos criticaron mucho por usar esas palabras, pero, caramba, ya no podíamos esperar más». El método rindió frutos. El 24 de marzo 30.000 personas tomaron las calles de Phoenix y Tucson, en la mayor concentración de este tipo en la historia de la entidad donde más leyes antimigrantes se han promulgado en el país.Bermudes no fue el único con ese poder de convocatoria, pues en el debate sobre una eventual reforma migratoria en Estados Unidos, la radio en español se ha convertido en actor central de un movimiento ya considerado el más importante de las pasadas tres décadas en ese país. Detrás de cada una de las marchas efectuadas en una decena de ciudades estadounidenses hubo una alianza de locutores hispanos quienes, por medio de sus programas, lograron reunir a casi un millón de migrantes, la mayoría indocumentados. «La radio fue clave para las movilizaciones», explica Javier Salas, conductor del programa «Un Nuevo Día», que la cadena Univisión transmite en Chicago, Illinois. «Es el medio de comunicación más fuerte de la comunidad latina en EEUU», dice. De hecho, fue gracias a este medio que las movilizaciones se efectuaron en paz, sin caer en la provocación de grupos supremacistas como Minuteman, que trataron infructuosamente de sabotear la marcha en Chicago. «Fue mi programa el que pidió que se usaran las banderas estadounidenses, a sugerencia de un radioescucha, y también nosotros convocamos a guardar un minuto de silencio por los muertos en la frontera y en la guerra de Irak», afirma. La importancia de la radio en la movilización de migrantes se reiteró el 11 de abril, cuando un grupo de organizaciones convocó al Gran Boicot Americano 2006, que incluye dejar de asistir a escuelas y centros de trabajo, además de cancelar la compraventa de mercancías.
Chicago, la inspiracion
Uno de los convocantes del movimiento es Ricardo Sánchez El Mandril, locutor de la estación Qué Buena de Los Angeles, y corresponsable de la exitosa movilización de Los Angeles. Los programas de ambos locutores registran la mayor audiencia en la comunidad hispana de Estados Unidos y, por ello, su participación en la marcha se ha considerado fundamental, según Alberto Avilés, columnista de “La Opinión” de Los Angeles y consejero del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME). «Nos inspiramos en el caso de Chicago, pero los sindicalistas y los clubes de oriundos no se habían puesto de acuerdo en la fecha de la movilización cuenta. Finalmente imperó la cordura y gracias a la promoción de los medios de comunicación se batieron varios records». Por lo pronto, la participación de la radio hispana y sus locutores no se agota con el boicot del próximo Primero de Mayo. Especialistas como Demetrios Papademetriou, codirector del Instituto de Políticas Migratorias, advierten que el movimiento contra la HR 4437 vive su momento más crítico, especialmente con las marchas de estudiantes. «Un solo error que se cometa, un pleito, una bandera que se queme, y la simpatía ganada hasta el momento se transformará en horror explicó a los consejeros del IME. Ahora tienen la atención de todos los medios, incluso de los no afines a la migración, que están esperando captar esas imágenes para colapsar todo». El papel de la radio, pues, es convocar a la calma durante las movilizaciones, reconoce Javier Salas. «Cualquier organizador, club o federación que participe debe tener como prioridad la seguridad de nuestra gente, el respeto a las banderas y evitar lo que sucede en otros países, como Francia, donde se rompen cristales y se cometen robos», explica. «Mucha gente está enojada con nosotros porque el Senado nos da la razón, porque entiende que los migrantes no somos criminales ni terroristas sino trabajadores y padres de familia. Eso no gusta a los xenófobos, y por eso no debemos darles armas para que nos ataquen». En la Secretaría de Relaciones Exteriores le llaman march momentum al movimiento que líderes migrantes e investigadores comparan incluso con la lucha de Martin Luther King por los derechos civiles de la comunidad afroamericana. Y con esta premisa, explicó a consejeros del IME Miguel Monterrubio, coordinador de asesores de la Subsecretaría para América del Norte, la dependencia emprendió «una serie de acciones de impacto» que concluyeron en la pasada reunión en Cancún de los jefes de gobierno de EEUU, Canadá y México. Tales acciones, sin embargo, no incluyeron la consulta a los migrantes, quienes han seguido su propio camino, señala Alberto Avilés. «Lo más importante de las marchas es que los mexicanos ya nos dimos cuenta de que nuestro destino no está en manos de las organizaciones sino en las nuestras». -
LOS ANGELES
«Esos locutores no son nuestros lideres»
Paradójicamente, el activismo de la radio hispana es un riesgo para las agrupaciones pro migrantes, que podrían ser rebasadas ante el poder de convocatoria de los locutores cuyo interés, advierte Avilés, es otro. «Los programas de vaciladas y de chistes lo que hicieron fue aprovechar el momento para elevar el rating. Esos locutores no son nuestros líderes, al menos no en la comunidad de Los Angeles», señala.Una posición que comparte Javier Salas, de Chicago. «La responsabilidad de los medios es básica, pero no debemos ser protagonistas». Los comunicadores, insiste, están obligados a ser profesionales; «no podemos dejar el liderazgo a los comediantes, eso daña a la comunidad». La advertencia que realiza Javier Salas no está de más, sobre todo ante la certeza de que el movimiento por los derechos civiles de los migrantes apenas ha comenzado. «Es algo muy grande que se puede salir de control advierte el consejero Avilés. Pronto lo veremos: las marchas de Chicago y Los Angeles quedarán chicas ante lo que viene». Un primero de mayo muy especial
EEUU es uno de los países donde menos se conmemora el Primero de Mayo. Oficialmente la efemérides no existe, pues en lugar de los eventos de Chicago lo que se celebra es el Día de la Ley. Pero este Primero de Mayo promete ser especial. Una coalición de grupos defensores de los derechos de los trabajadores inmigrantes indocumentados ha llamado a una movilización en contra de los intentos de imponer sanciones criminales contra esta población carente de estatus legal. Bajo el lema «Día sin inmigrantes», se intenta un paro nacional de los millones y millones de hombres y mujeres que laboran «ilegalmente» en los trabajos peor pagados de la economía estadounidense. Este paro nacional cuya idea brotó de las exitosas movilizaciones del 10 de abril pretende mandar un mensaje a Washington sobre el peso relativo del sector inmigrante y trabajador de la nación, mostrar lo que «un día sin inmigrantes» puede significar para el sector agrícola, de servicios e incluso comercial. Se ha pedido la solidaridad de todas las organizaciones sindicales, comunitarias y religiosas.
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