Al menos cuatro pacientes han muerto por falta de asistencia; los 11.000 empleados del Ministerio de Salud palestino, que atiende al 64,5% de la población, no han recibido sus salarios desde hace tres meses; ese Ministerio no puede comprar medicinas, vacunas o utilizar sus laboratorios... son algunos de los datos aportados por la organización israelí “Médicos por los Derechos Humanos”, que ha alertado sobre la grave crisis humana que genera el boicot internacional impuesto a la Autoridad Nacional Palestina bajo control de Hamas. De esta manera, la sociedad palestina, que ya se encontraba en muy precaria situación antes de esa decisión, se encamina a la catástrofe, o lo que es lo mismo, a la posible muerte, a corto plazo, de miles de personas.

La comisaria de Relaciones Exteriores y Política de vecindad de la UE decía antes de la reunión, ayer, del Cuarteto para Oriente Medio que la Comisión Europea no se siente culpable por suspender las ayudas y proponía crear un mecanismo internacional de control y canalización de la ayuda destinada al pueblo palestino. Por su parte, EEUU anunciaba un plan para redirigir las donaciones a un nuevo programa de ayuda sanitaria para los palestinos. Parches, todos ellos, que tal vez puedan acallar las conciencias de quienes los promueven, pero que difícilmente revertirán la grave crisis que el conflicto político impone a la sociedad palestina. -