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«Txelis» recuerda que el concepto de desdoblamiento correspondía a ETA-pm
MADRID
La base de las acusaciones del fiscal y del juez
instructor en este sumario parte de la «teoría del desdoblamiento» o de lo que
ellos entienden por tal. Para elaborar la alambicada tesis de que «todo es ETA»,
la Fiscalía española sostiene que la organización armada se vale de organismos y
de militantes «desdoblados» en otras organizaciones para imponer sus directrices
a la izquierda abertzale y para desarrollar actividades que ella «delega», tales
como «la aplicación de la estrategia político-militar», «métodos de coacción o
kale borroka», y el «control» del Colectivo de Presos Políticos Vascos y el de
refugiados, entre otras.
Quien fuera responsable del aparato político de ETA hasta
su detención en 1992, José Luis Alvarez Santacristina, Txelis, calificó esta
tesis de «absurda» en su declaración de ayer, en la que recordó que la
paternidad y uso exclusivo del concepto de desdoblamiento fue de ETA-pm, y que
la que entonces se llamaba ETA-m lo consideró además como «absolutamente
erróneo».
Más aún, subrayó que fue ese debate el que condujo a la
escisión en 1974, y que mientras ETA-m se configuró como una organización
«exclusivamente militar» y completamente independendiente de cualquier otro
organismo político, ETA-pm adquirió el carácter de organización
político-militar.
De EIA a EE y PSE
Recordó, asimismo, que de esa estrategia,
precisamente, surgió el partido EIA, que luego fue Euskadiko Ezkerra y que
finalmente confluyó en el PSE. Un camino que recorrió, por ejemplo, el fallecido
Mario Onaindia, que como apuntó el prisionero vasco era a su vez miembro de la
Ejecutiva de EIA y de ETA-pm.
Por esta razón, descartó contundentemente que ETA se
hubiera valido de otros organismos o que hubiera delegado parte de su actividad
en KAS o, posteriormente, en Ekin.
A este respecto, coincidió con lo manifestado la víspera
por otros testigos, rechazando que la organización armada tuviera relación
orgánica con KAS u otra organización, ni que le diera directrices o
instrucciones.
Declaró también que los militantes de ETA no participaban
en las reuniones de la Koordinadora Abertzale Sozialista, ni que tuvieran un
«voto de calidad» en su seno. Agregó que él mismo sólo participó en una reunión
de KAS; dijo que fue en 1976, en calidad de militante de LAIA, y que en la misma
se abordó la situación del euskara.
También fue preguntado por el «Proyecto Udaletxe», otra
de las claves de la acusación, que sostiene que bajo esa denominación existe un
proyecto de financiación común de todos los organismos de la izquierda
abertzale. Esta misma acusación asegura que entre la documentación incautada a
Alvarez Santacristina en Bidarte existe un informe que hace alusión a ese
«Proyecto Udaletxe», pero él negó de plano esta afirmación. Destacó ante el
tribunal que «en una organización clandestina no se escriben los temas de
financiación».
Escrito en castellano
Sobre este tema, el propio Txelis preguntó al
fiscal si ese documento estaba redactado en castellano, a lo que Molina
respondió de modo afirmativo. «Pues ése ya es un dato para decir que no es de la
organización», replicó el preso donostiarra, explicando que si fuera de ETA
estaría redactado en euskara.
A preguntas de la abogada Arantza Zulueta, Alvarez
manifestó también que la organización armada no se valía de KAS para comunicarse
con los deportados, ni tampoco para recibir o enviar comunicaciones. «Seguro que
no fue de esa manera», afirmó.
Agregó que el aparato de relaciones internacionales de
ETA dependía del político, y que su función, desarrollada por militantes de esta
organización, era establecer relaciones con organizaciones, personalidades e
instituciones de ámbito internacional, a fin de intercambiar información y para
que se hicieran eco de la realidad de Euskal Herria.
Si la declaración de Txelis fue baldía para las
intenciones del fiscal, lo mismo sucedió con las de Juan Luis Agirre, Nagore
Mujika y José Mari Dorronsoro, que rechazaron las menciones que sobre sus
personas hace Molina en el escrito de conclusiones. Así, Agirre afirmó no
conocer a Pablo Diéguez y, por lo tanto, rechazó que lo captara para ETA. «Yo no
he captado a nadie de esta Sala para ETA», descartó rotundo.
Nagore Mujika, que fue detenida en París en mayo de 1996,
cuando regresaba de México, negó que en el momento de su detención la Policía
francesa le hubiera intervenido disquettes o ningún otro material informático,
tal como sostiene la Fiscalía.
Declaró también que no conocía ningún «colectivo Elkano»
ni una casa llamada Linda Vista, supuestamente radicada en Nicaragua y cuya
posesión las acusaciones atribuyen a ETA.
Dorronsoro, último de los prisioneros en declarar,
también lo hizo en el juicio del «caso Jarrai-Haika-Segi» y, al igual que
entonces, dijo desconocer el contenido de los documentos que le fueron
incautados en 1993.
Explicó que su función en ETA era, precisamente, recibir,
guardar y entregar esa documentación, sin entrar en otras cuestiones.
Niega que ETA decidiera sobre «Egin» y sobre Orain
I.B. MADRID
Una de las tesis de la Fiscalía es que ETA controlaba, a
través de KAS, a “Egin” y a su editora, la empresa Orain, y concretamente, que
fue la organización armada la que dio el visto bueno al nombramiento de Javier
Salutregi y Teresa Toda como director y subdirectora del diario. Sostiene la
acusación que, a tal fin, ambos periodistas se reunieron con Txelis en enero de
1992. Este, sin embargo tal como manifestaron Salutregi y Toda en su
declaración y mantiene la defensa, explicó que esa entrevista tuvo un
carácter exclusivamente periodístico, y la comparó, por su dimensión y por la
importancia de su momento, con la que en 1988 concedió al entonces director de
“Diario 16” Pedro J. Ramírez. En ambas ocasiones, la entrevista se prolongó por
espacio de varios días. «Fue una entrevista de gran calado, no era una
entrevista menor», expresó, dando detalles de la situación política.
El preso donostiarra confirmó que efectivamente mantuvo
esa entrevista y que, una vez en prisión le detuvieron mes y medio
después le llegó un cuestionario del diario para completarla, ya que las
circunstancias, lógicamente, ha- bían cambiado tras su detención. Negó, en
cualquier caso, que tuviera que ver con designaciones o nombramientos. En esta
línea, agregó que «ni por asomo» se debatió en el seno de la dirección de ETA
quién debía dirigir “Egin” o formar parte del Consejo de Administración de
Orain, así como sobre las vías de financiación del proyecto comunicativo que la
Justicia española, con Baltasar Garzón al frente, cerró de la mano de 200
policías hace ocho años.
Murillo vuelve a dar muestras de su
parcialidad
Al término de la sesión de ayer, y para asombro de la
defensa, Angela Murillo citó a las partes el día 17 de mayo, a pesar de que el
calendario oficial de la Sala tenía fijada una sesión para hoy, con policías
españoles como testigos. El abogado, José María Elosua, tomó la palabra para
protestar por esta decisión, que no se les había comunicado, y reclamó que la
vista siguiera hoy, tal como estaba previsto. Resulta que el fiscal pretendía
que estos policías, guardias civiles y ertzainas que deben declarar ahora, lo
hicieran después que algunos ciudadanos vascos que estaban citados el día 17 y
que ellos detuvieron en su día. Quería, para ello, que el interrogatorio de los
agentes policiales se retrasara hasta el final de su lista de testigos. La
presidenta tuvo que rectificar al final. -
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